“Mejor Que Nunca”. Cheerleeding para la tercera edad en una comedia clásica que nos habla sobre las segundas oportunidades.
Martha (Diane Keaton) se muda a una residencia de ancianos y, animada por su compañera Sheryl (Jacki Weaver), decide montar un equipo de animadoras con sus compañeras. Pero lo que comienza siendo un hobbie se acaba convirtiendo en algo más serio cuando deciden presentarse a una competición. Para ello, contratan a una joven porrista (Alisha Boe) que se encargará de entrenarlas.
El cine puede ser muchas cosas: arte, entretenimiento, un acto político, una contribución social o una combinación de ellas. Todas absolutamente válidas y acorde a los gustos e intenciones de cada espectador. Aquí Zara Hayes hace sus primeras armas con una comedia tradicional que contiene todos los condimentos que podríamos ver en esas películas que pasaban los sábados a la tarde en canal 13. Humor ATP, momentos emotivos interpelados por un piano y la infaltable compañera excéntrica y graciosa de la protagonista entre otras.
Es decir, que en este caso la película trae una buena dosis de entretenimiento liviano para distendernos y disfrutar en familia. Con un mensaje que invita a reflexionar que nunca es tarde para cumplir nuestros sueños y saldar cuentas pendientes. Si bien algo bastante visto ya en cine, hasta incluso con personas de la tercera edad, tal vez el único aporte novedoso es que la historia es encabezada esta vez enteramente por mujeres.
Las actuaciones son sin dudas uno de los puntos fuertes del film. Siempre celebro el protagonismo de personas mayores en una industria que hace desmedido culto a la juventud. De todos modos, no será Martha uno de los roles más memorables de Diane Keaton dado que el rol no permite demasiado. El amplio abanico de personajes coloridos, y bien interpretados, resultan un tanto anecdóticos al final de cuentas ya que no se profundiza demasiado en ninguno (Un buen ejemplo es la forzada historia de amor entre la única pareja joven).
“Mejor que Nunca” no intenta ser novedosa, tampoco intenta profundizar demasiado. Todo sucede en una dinámica liviana pensada para pasar un buen rato, llorar un poco y salir sintiéndonos satisfechos. No es casualidad que la película haya salido poco antes al día de la madre en Estados Unidos puesto que es un film ideal para llevar a tu vieja al cine y dejarla super contenta.
Por Matías Asenjo