Epopeya de un viaje
Mekong-Paraná Los últimos Laoisianos, dirigida por Ignacio Luccisano y producción de Hugo Crexell es un muy buen trabajo documental que logra, acompañado de excelentes imágenes de archivo, más la ilustración del hoy de la familia Ithanvong en la voz de loa padres primero (quienes narran su experiencia de escape y luego la de los hijos), incorporarnos en el relato de la cruel realidad vivida por los refugiados Laoisianos luego de la finalización de la guerra de Vietnam.
Tal como narra el film en su resumen histórico para definir el contexto, luego del retiro de las tropas de estados Unidos de la zona, dado por la finalización de la guerra mencionada, la guerrilla comunista Pathet Lao tomó el poder (que aún conserva a través del Partido Popular Revolucionario de Laos) y comenzó a perseguir a los ciudadanos acusándolos de traición y colaboracionismo. Es en esas circunstancias que muchos deciden huir del país. Los que corrieron con menor suerte, debieron pasar un tiempo por campos de refugiados. Allí es donde se conocen Som y Phengta.
Son impactantes tanto como emocionantes y conmovedores los testimonios de la realidad de un pueblo pleno de sufrimiento por cuestiones geopolíticas que modificaron su vida para siempre, en el cuerpo de la familia Ithanvong, quienes funcionan como hilo narrativo de la película. La animación cumple muy bien como acompañamiento del recorrido narrativo de las situaciones de peligro a las que los protagonistas se vieron expuestos en el momento de quiebre mayor en sus vidas: el escape de Laos y su búsqueda de un futuro mejor.
El relato es ameno tanto como interesante, y muestra la cara del desapego obligado y la incertidumbre sobre cómo adaptarse y sobrevivir en un lugar nuevo del que no se sabe nada. Los relatos y las experiencias sobre el pertenecer y la identidad, la supervivencia al horror de la guerra y la persecución tal vez no nos sean tan lejanos, y Mekong- Paraná es una muestra cabal de ello.