Lo mejor de esta película en la que los recuerdos de un agente de la CIA se implantan en un condenado a muerte para que pueda llevar adelante una misión es el elenco, que incluye a tres tipos a los que siempre es un placer mirar en la pantalla: Gary Oldman, Tommy Lee Jones y Kevin Costner. Sí, bueno, también está Ryan Reynolds. La trama un poco enrevesada no es una molestia y el placer de la aventura aparece de a ratos de manera noble. Difícil aburrirse con algo así.