Volvió el cine de acción
En "Mente implacable", las memorias y habilidades de un agente muerto de la CIA le son implantadas a un convicto peligroso e impredecible. Es de las mejores opciones para ver en cartelera gracias al vértigo impreso en las tomas.
Entre tanto filme rebuscado, que busca identidad en donde no debe -cuestiones de género y degeneración- y proyecto ambicioso sin profundidad, de vez en cuando surgen películas que no intentan cambiar el mundo, que no se atan a la búsqueda inconsciente de la trascendencia y que, sin el esfuerzo por ser originales, son únicas de todas maneras. Por ello, el estreno de “Mente implacable” nos recuerda a aquellos filmes de la década del ‘90 que rebalsan de acción y te hacen pasar un muy buen momento y nos dejan un personaje que seguramente recordaremos. Por qué es hay que verla En este caso, Kevin Costner será un mal héroe pero heroico al fin, que comenzará como un criminal y se transformará en una vital herramienta para mantener la paz mundial.
Jericho (Costner) no discierne entre el bien y el mal por lo que carece de sentimientos, debido a un golpe recibido en la niñez, pero que gracias a ello puede ser el único receptor posible de una parte del cerebro del agente de la Cía, Billy Pope (Ryan Reynolds), asesinado por no dar información que solo él conocía para fraguar los planes de un terrorista español. La cirugía, realizada por el Dr. Franks (Tommy Lee Jones), era un procedimiento experimental para recuperar la memoria del agente, y si bien el criminal sobrevive, al despertar le dice al jefe de Pope, Quaker Wells (Gary Oldman) que no recuerda nada. Sin embargo, tiene todos los conocimientos y habilidades del entrenado oficial y los utiliza para escapar. No pasará mucho tiempo para que todos se den cuenta de la mentira de Jericho y tanto los terroristas como la CIA lo busquen por todos lados.
Con una inolvidable actuación de Costner, un elenco de grandes estrellas y un guión correctísimo en densidad de acción, humor y drama, “Mente implacable” es uno de los mejores filmes de 2016, y si bien no será publicitado como un gran “tanque”, es de las mejores opciones para ver en cartelera gracias al vértigo impreso en las tomas, grandes escenas de acción y verdadera noción de lo que debe ofrecer un largometraje de su género en sus 110 minutos de duración.