Una cualidad fascinante del mundo de Hollywood es que constantemente nos inspira a no perder la capacidad de asombro.
Cuando estábamos convencidos que este año no habría una película peor que Un viaje en el tiempo, de Disney, los estudios Fox le quitan por knock-out la corona de la mediocridad al ratón Mickey con esta bazofia soporífera que es Mentes poderosas.
Por lejos, uno de los más grandes despliegues de pereza creativa que vi en los últimos años.
La historia está basada en una saga de libros para adolescentes escrita por Alexandra Bracken, quien plagió de manera burda numerosas obras populares.
Otra propuesta que se colgó del éxito de Los juegos del hambre para desarrollar una trillada serie con adolescentes “especiales” que se rebelan ante un régimen autoritario en un futuro distópico.
Todos los clichés obvios que se te puedan ocurrir en esta temática, Mentes poderosas los incluye en su trama.
Una protagonista insulsa con un origen aburrido que jamás llega a destacarse como heroína, el clásico triángulo amoroso donde los personajes se enamoran en dos minutos y un reparto secundario que reúne cada uno de los estereotipos posibles que se pueden concebir en el género.
En Mentes poderosas tanto a la directora Jennifer Yu Nelson, como la creadora de esta historia en los libros, jamás se les cayó una idea original para hacer algo interesante con la trama que proponen.
Toda la película es un collage obsceno de plagios a infinidades de franquicias populares. Desde los X-Men de Fox hasta los filmes para adolescentes con futuros distópicos que vimos en los últimos años e inclusive un momento clásico de Superman 2.
Salvo por la breve participación de Mandy Moore, la única artista decente del reparto, el resto de las figuras principales son horribles y no logran ser convincentes en sus roles.
En parte por la ausencia de química que tienen entre sí.
La directora Nelson, que viene del campo de la animación donde trabajó muchos años para Dreamworks, plantea una narración aburrida con paupérrimas situaciones de suspenso y lamentables secuencias de acción que no contribuyen a levantar un guión mediocre.
A esta producción tampoco la ayudó la presencia de una heroína sin carisma que no hace nada interesante, más allá de tener largas conversaciones intrascendentes con otros personajes.
Por otra parte, al igual que ocurrió con Un viaje en el tiempo, la narración de la historia está plagada de canciones pop terribles que no compatibilizan en absoluto con las imágenes que se muestran en la pantalla.
Hace unos años Fox ya había clonado a los X- Men en Push (2009) que parece una obra maestra comparada con este desastre, que no deja de revelar el enorme desgaste que tiene este subgénero.
Mentes poderosas es realmente una película malísima y no vale la pena.