El fraude
Mentiras mortales o Fraude (título que también lleva y mejor le queda a este film), es un modesto thriller donde prevalece más el drama y la intriga que la acción y el suspenso.
La historia se centra en un exitoso empresario multimillonario de Wall Street, con una vida social y familiar ejemplar, que decide vender su empresa a un gran banco para retirarse a disfrutar de la vida. Pero con la postergación de la venta de su imperio multimillonario que algo oculta y un sangriento e inesperado acontecimiento que pone en riesgo su reputación personal, el futuro de la compañía y el bienestar de su familia, decide hacer todo lo posible por evitar cualquier pérdida o fracaso.
Una historia que intenta adentrarse en el mundo de las corporaciones y el sistema financiero mundial mezclado con una subtrama policial, que intenta exponer el poder manipulador del dinero, la corrupción, el doble discurso, el fraude y la mentira.
Partiendo de dos conflictos centrales, el fraude y el acontecimiento policial, y a través de un relato sólido y bien estructurado que va dosificando en forma precisa las acciones que sostienen la intriga, el film logra mantener la atención de un espectador que termina interesándose más por cómo se define la historia que por el drama de sus protagonistas.
Más allá del suspenso inicial y de la acción sorpresiva que dará un giro a la vida del empresario, el relato, de ritmo lento pero justificado, comienza atrapando al espectador, pero la atención se mantendrá gracias a dos pilares fundamentales: el estupendo trabajo de Richard Gere (candidato al Globo de Oro como mejor actor) interpretando a este personaje frio, calculador y egocentrista, demostrando su capacidad para lograr la empatía del espectador hacia un personaje que esconde una doble moral y hacerlo creíble ya sea cometiendo fraudes millonarios, engañando a su esposa, o mintiendo al policía que intenta arrestrlo.
El otro motivo por el cual el espectador mantendrá cierto interés hasta el final, es la sutil dosis de intriga por saber cómo resolverá el empresario ambos conflictos.
Y digo intriga porque, a pesar de contener una subtrama policial, el director no se vale de escenas de acción (salvo la única ya mencionada) ni situaciones que tensionan con verdadero suspenso, sino que elige situaciones dramáticas donde toda la tensión recae sobre los actores, fundamentalmente el de R. Gere.
El film pone el acento en el drama del protagonista que debe sortear ciertos obstáculos para salir airoso y no profundiza lo suficiente en la psicología de otros personajes, como el de Susan Sarandon, una mujer caritativa y esposa traicionada que quizás sepa más de lo que aparenta y hubiese merecido un poco más de espacio dramático a lo largo del relato. A lo que se suma una subtrama policial, sin la acción ni el suspenso típico del género, pero con una destacada actuación de Tim Roth que logra convencernos, por momentos, de estar viendo al mismísimo Dr. Cal Lightman en un capítulo de la seré Lie to Me.
Mentiras peligrosas es un film bien narrado con un estilo sobrio y solvente que, pese a su corrección formal y las buenas actuaciones, no logra profundizar en el mundo de las finanzas contemporáneas, siendo muy superficial la crítica social que su realizador intenta hacer sobre el mundo de los negocios, ni genera verdadero suspenso y entretenimiento con la trama policial.
Una película que promete mucho más de lo que finalmente da.