El joven director Nicholas Jarecki se lanza con su opera prima a gran escala con un reparto de lujo. No promete demasiado y por lo tanto no decepciona.
MENTIRAS, PURAS MENTIRAS.
Robert Miller es un hombre de negocios muy importante y respetado por la comunidad, su familia, su entorno, sus socios. En este momento se encuentra bajo mucha presión buscando la venta de su compañía a un cliente que toca y se va y casi nunca aparece. Pero Robert Miller tiene poco tiempo porque hizo una maniobra sucia para tapar un agujero enorme frente a una auditoría.
De a poco la fábula va cediendo y la fuerza de sus mentiras caen una a una. Es curioso cómo a pesar de ser un personaje de una moral completamente cuestionable, me sentí de su lado esperando que saliera airoso. Robert Miller, está hasta las manos con la compañía y sangran dinero, un amigo le prestó varios cientos de millones de dólares para que cubrir el agujero pero los quiere cuanto antes. Para colmo la hija comienza a sospechar e investiga las maniobras de su viejo hasta encontrarse con una realidad que no puede manejar.
El protagonista no es el único mentiroso, es una cuestión muy buena sobre la película. Resulta difícil, a medida que avanza la peli, encontrarse con alguien que no esté mintiendo, que no esté faltando a sus principios o lo que considere verdad.
UN PECADO Y UN CRIMEN.
Robert Miller tiene una amante joven y francesa que quiere ser artista, (está bonarda, bonarda), y no le importa abandonar a su familia en el medio de su cumpleaños para recibir el postre en su casa -if you know what I’m saying. -Joey, we always know what you are saying-. Forma parte de la pintura de un hombre inescrupuloso que no repara en nadie salvo él. Es un hombre de negocios, por lo tanto cada persona es un asset para él, un bien, una acción.
Todo bien hasta acá, la amante sabe de su esposa y familia y no piensa hacer nada, se la banca estoicamente en su lugar de la otra. Pero… Pero… (con algunos cambios esto es un culebrón), una noche, Robert Miller tomó de más, volcó y la piba murió. El tipo se escapa, llama a Jimmy (el hijo de su anterior conductor) para que lo rescate. Con la muerte aparece el queridísimo Tim Roth interpretando al Detective Bryer de la policía de Nueva York, these are their stories, quien comienza a investigar y buscar a quién fuera el que manejaba el auto y porqué se dio a la fuga.
La cuestión sobre la mentira se refuerza aún más acá ya que si consideramos que una investigación policial o judicial traerá luz al asunto, esto no podría verse más comprometido en la película. Bryer falsifica evidencia para apretar Jimmy, que llevó a Robert Miller devuelta a su casa luego de haber volcado. ¿Pero quién se da cuenta de esto? El mentiroso experto, Mr. Robert Miller. Así es como le presenta las pruebas al juez y lo salva de un juicio que podría haberlo condenado. Pero Jimmy es un chico especial a quien Miller no puede sobornar, se banca todo esto únicamente por el lazo que lo une, (luego de que su padre murió, Miller los ayudó).
UN FINAL PARADÓJICO E INTERESANTE
-Sí, no me estoy matando con los títulos, ya lo sé.-
Hacia el final se dan bien los tres desenlaces de las tres tramas más importantes, la venta de la compañía, la investigación policial, y la relación de Robert Miller con su familia. En la trama de la venta, el comprador descubre la treta de Robert Miller con la auditoría, pero no le importa, por lo que la verdad resulta intransigente. En la trama de la investigación policial, cuando la manipulación de la evidencia por parte de Bryer es expuesta, el juez termina el caso, por lo tanto acá la verdad, o una al menos, lo salva al protagonista. En el caso de la familia hay una cuestión doble. La esposa, Ellen Miller, interpretado por la hermosa y más aún gran actriz, Susan Sarandon, sabe de los amoríos y demases de su esposo. Cosa que no le importa, sabe como es este juego y va para adelante igual porque para ella son otras las cosas que están en juego. Pero cuando la hija de ellos se entera de todo esto termina por quebrar todo el sistema. Así es como Ellen Miller le ofrece un trato en donde Robert Miller se queda sin un sope pero ella le miente a policía sobre el caso para que se cierre de una buena vez.
Uno podría pensar que si va a ver una película que trate esta temática, finalmente encontraría una bajada moralista y absolutista sobre eso, casi dogmática, como No mentirás. Pero este no es el caso y eso hace que esta sea una buena película, además de otras cuestiones relevantes. La mentira forma parte del juego, no es buena ni mala, está ahí y está lo que se hace con ella, puede traer resultados positivos como devastadores. Si Robert Miller nunca hubiese hecho la maniobra que hizo en su empresa, su hija nunca lo hubiera descubierto y no hubiera terminado así, porque tampoco hubiera sabido sobre la amante y tanto más porque una mentira se puede cubrir con otra.
El final resume muy bien todo esto. En una gala a toda pompa y boato, se celebra la gran persona que es Robert Miller. ¿Y quién más que su hija es quien lo presenta frente a todo el mundo como un gran humanitario, filántropo, amigo, mentor y padre? Una jugarreta del guión muy bien puesta en el final. Robert Miller saluda a su esposa y al llegar al escenario su hija difícilmente puede ocultar su desprecio. Todo esto ha sido una gran puesta en escena a la que hemos asistido y no ha estado mal.
CRÍMENES Y PECADOS
Pedazo de film del groso de Woody Allen. Robert Miller recuerda a uno de los protagonistas de aquella historia, el Dr. Judah Rosenthal quien se encuentra en una situación muy similar. Hay rasgos a lo largo del film con aquella película y esas tragedias silentes de alguno de los personajes de Woody Allen.
UNA CURIOSIDAD VULGAR
Ya se asentó la cuestión de la mentira como tema elemental en la película. En ella actúan Bryer (el policía) y la novia del pibe al que quiere apretar no es nada menos que Monica Raymund, Ria Torres, en la serie ya terminada de Lie to Me, donde el doctor Lightman buscaba traer a la luz las mentiras vertidas por criminales.
CONCLUSIÓN
La película está muy bien a rasgos generales, no es una obra maestra ni genial, pero está bien en todos los aspectos, especialmente las actuaciones (obviamente, garantizadas por estos tres capos y Nate Parker-agradable sorpresa-) y me quedo con el guión que está muy bien construido en una peli que en la sumatoria de cosas se podría haber descarrilado, pero no lo hizo. Tomen nota, eso pasa cuando se tiene claro sobre qué se está escribiendo.
Luego de ver esta peli me quedan ganas de ver la próxima película de Nicholas Jarecki, y eso, para quien escribe, es una buena señal.