La hoguera de las apariencias
El nuevo thriller protagonizado por Richard Gere, "Arbitrage", llega a las pantallas nacionales con una traducción que no brinda ninguna referencia al mundo de las finanzas y los negocios, el entramado económico y los hilos del poder, en el que se circunscribe la historia. Tal fue el caso de "El Fraude", titulo con el que fue distribuida en Europa.
La elección de "Mentiras Mortales" como título, no es realmente una elección de lo más afortunada porque si bien seguramente fue elegido porque suena mucho más comercial que su título original ("Arbitraje") puede llevar al espectador a confundirse con otros tantos títulos similares e incluso esperar un producto diferente.
En este caso la historia gira casi excluyentemente en la figura de Gere (nominado al Globo de Oro como mejor actor en drama por este trabajo) quien encarna a Robert Miller, que ha llegado a su cumpleaños número 60 rodeado de su sólida estructura familiar y con un pasar profesional sumamente exitoso, tanto que hay todo un imperio financiero que recae en sus espaldas.
Sin embargo, no todo lo que reluce es oro y si bien en la superficie, nuestro protagonista sigue haciendo esfuerzos por sostener una imágen y que se siga respirando un aire de éxito en su entorno y un equilibrado clima familiar, diversos hechos lo irán dejando cada vez más al borde del precipicio.
Al mismo tiempo que intenta efectuar diversas operaciones de venta de acciones de su empresa y que de estar forma no queden al descubierto ciertas modificaciones que existen en los informes y en los Estados Contables de la compañía, obviamente con cifras fraudulentas, alteraciones y comprobantes faltantes; un accidente altera el giro de las cosas y complicará aún más la delicada situación de Miller.
En una escapada con su amante, una francesa dedicada al mercado del arte (Laetitia Casta) sufren un inesperado accidente. Rápidamente tendrá que tomar algunas decisiones que ineludiblemente lo irán concectando con algunos personajes de su pasado y se verá nuevamente implicado en una trama de mentiras, especulaciones, apariencias que será cada vez más dificil de sostener en el ámbito familiar.
El director, Nicholas Jarecki, plantea en éste, su primer largometraje, un ritmo que no decae en ningún momento, aferrándose al esquema más tradicional del thriller y con una estética clásica, que puede relacionarse con algunos otros trabajos del mismo Gere durante la década de los noventa como "La verdad desnuda" o "Internal Affairs". No solamente el guión, sino inclusive la manera en la que el director elige conducir el relato, responde a los mecanismos más esteriotipados del género, amparándose de esta forma más en el terreno de lo conocido, de lo seguro, que planteando alguna innovación y hacer la diferencia.
Jarecki, a falta de un guión que atraiga por lo novedoso, elige inteligentemente apoyarse en un elenco de primeras figuras absolutamente sin fisuras que refuerzan esta historia esquemática y por momentos, previsible.
A la cabeza del elenco se encuentra Richard Gere quien demuestra una vez más que tiene un magnetismo en la pantalla que no cualquier actor hollywoodense logra, reinventándose y volcándose al género que le ha dado tantas satisfacciones despues de un par de traspies como "Amelia" y "Misión Secreta", películas que no han llegado a los cines de nuestro país y circularon solamente en DVD.
Su esposa en la ficción es Susan Sarandon, y si bien su rol no es el más destacado del film e incluso en algunos momentos aparece como desdibujado e intrascendente, sobre el final del film gana cuerpo en un par de escenas a las que Sarandon les saca el jugo y que justifican absolutamente su presencia (la discusión que mantiene la pareja en su dormitorio casi llegando al final del film y la mirada de Sarandon en la última escena son dos joyitas del film).
Tim Roth es el detective que intentará atraparlo a Miller y que jugará a la cacería estilo "el gato y el ratón" papel para el que Roth parece tener un talento y una empatía especial, que ya brillara en la serie televisiva "Lie to me".
Otra de las piezas importantes del thriller son los papeles de Nate Parker (quien sale a salvarle las papas del fuego al magnate) y de Brit Marling, la hija de Miller (guionista y protagonista de los films "Otra tierra" y "Sound of my voice" aún no conocidos en nuestro país) quien entrega un retratro sólido como la mano derecha que lo acompaña en la empresa y que va descubriendo poco a poco el problema financiero en el que su padre se encuentra envuelto.
Si bien no presenta nada llamativamente novedoso dentro del género, "Mentiras mortales" se mueve dentro de la corrección, el ritmo acertado de la narración y las ajustadas actuaciones para crear un producto ideal para quienes esperan un thriller más centrado en los detalles y en las estrategias, en las pequeñas vueltas de tuerca que va dando la trama, que en grandes persecuciones, efectos especiales y despliegues de producción más importantes con que suelen impactar algunos otros productos hollywoodenses.
Aquí la tensión y la intriga, por debajo de una superficie de aparente quietud, pasa por ir develando algunas máscaras más imperceptibles. Y el thriller cumple su modesto cometido.