Mentiras mortales es una de esas películas que viene muy recomendada (y nominada) y eso es algo que le juega en contra porque genera una cierta expectativa que le es muy difícil satisfacer.
Algo para destacar de entrada es que no es para el público en general dado que espectadores adolescentes o veinteañeros seguramente se aburrirán en la sala. En cambio, los mayores sabrán disfrutarla un poco más.
El primer largometraje del director Nicholas Jarecki logra que uno se meta en la historia pero que por momentos esta no le interese y apuesta todo en su personaje principal y única razón por la cual esta película es muy comentada: la excepcional actuación de Richard Gere.
Muchos señalan que es la mejor interpretación de su carrera y pueden que estén en lo cierto dado que con algunas miradas y diálogos muy bien entregados hace que el espectador se preocupe por este nefasto personaje.
Por su parte, Tim Roth y Susan Sarandon lo acompañan muy bien con actuaciones bastante correctas pero eclipsadas por el protagonista principal.
En lo que a los aspectos técnicos refiere, ni la fotografía ni la edición y ni siquiera la música están a la altura del elenco y del sólido guión.
Es una película que solo genera apreciación por las buenas actuaciones y ahí es donde está su falla principal porque un film tiene que ser mucho más que eso…