Sabemos que el cine consiste en lograr el movimiento a partir de la fotografía. En en la animación son dibujos en movimiento. Los primeros dibujos animados –filmados- fueron Humorous Phases of Funny faces (1906) de Stewart Blackton y Fhantasmagorie (1908) del francés Emile Cohl. Sin embargo fue Disney quien alcanzó una dimensión notable en el diseño.
Es en 1974, que se entrega por primera vez un Oscar a un film de animación a Closed Mondays de Will Vinton y Bob Gardiner – realizado en plastilina- en 1974. Pero es Tim Burton en 1993 con A nightimare Before Chrismas, quien propone una concepción totalmente novedosa del tratamiento del genero, con su largometraje de muñecos, el cual recibe distribución mundial, que no es poca cosa.
Con la llegada de la computación, y su posibilidad de generar y manipular imágenes, el panorama gráfico se amplía enormemente.
A partir del 3D sus posibilidades aumentan considerablemente. Aunque estas herramientas se transforman en poderosas solo en las manos de un artista creativo, ya que en las mismas es imposible separar la forma del contenido, por lo tanto se encuentra muy condicionada por el diseño de su imagen. Por lo que en realizador debe pensar primero en términos gráficos.
Al mismo tiempo la animación no se reduce a la gráfica y al diseño, sino que es un medio donde predomina la acción, es el arte del movimiento y de la utilización de las técnicas narrativas del arte cinematográfico, y del sentido del timing, ya que el hombre vive en un mundo de cuatro dimensiones. Tres de ellas pueden medirse en un film, pero la cuarta solo puede hacerse con un reloj.
Juan José Campanella en Metegol aborda con una creatividad y emocionalidad –desbordante- una temática que habla del amor, de la amistad y de la solidaridad, y lo hace desde el eje de una pasión de multitudes, aquella que genera el deporte más popular del mundo: el Fútbol. Una realidad que involucra a personas de todas las edades, de todos los estratos sociales, y de todos los géneros. Un sentimiento poblado de luces y sombras. Una fiesta salpicada por la violencia y en muchas oportunidades por la tragedia.
Lo que se inició siendo un deporte con características de espectáculo,- como el cine- con el pasar del tiempo ha dado lugar a una locura desenfrenada, con lo que implica está en todo su alcance.
Las festividades -de cualquier tipo- son formas intrínsecas de los seres humanos. En consecuencia no hace falta explicarlas, ya que forman parte de las necesidades biológicas- fisiológicas de un descanso primario. Estas expresan una concepción del mundo y un contenido esencial y profundo, ya que provienen del mundo de los ideales. Sin esto, es imposible el surgimiento del clima de fiesta.
Campanella recupera ese sentimiento colectivo, -ese clima de fiesta ininterrumpida- que hace que los individuos establezcan relaciones verdaderamente humanas con sus semejantes, y lo hace con un doble juego, ya que en este caso cobran vida los jugadores de un metegol, los cuales resurgen de los escombros de un pueblo fonteojeunaeano destruido por la maldad de un niño – que no supo perder- y que regresa convertido en hombre para destruir a su adversario, y a todos los que lo rodean, raptando luego a su amada convirtiéndola en su prisionera.
Con un tema musical de western comienza este relato donde Amadeo, nuestro héroe épico, logrará por medio de su amor y de su pasión por el metegol, -e implícitamente por el fútbol- darle pelea en un partido con los únicos habitantes posibles, desde el cura del pueblo, pasando por un mendigo, un comisario… sumados a los jugadores- enanos, que se esconden en el pasto-, los que cobraran vida mediante una lágrima suya y le alentarán y ayudarán en parte del partido, para finalmente golear al equipo del malvado con el sólo alimento de la pasión y de su amor por el pueblo, que yace en sus corazones, y que luego es una fuerza que se transmite a sus cuerpos. Esa venganza da lugar al surgimiento de un auténtico humanismo.
Ese clima de fiesta se transmite al espectador que se ríe gran parte del tiempo con sus metáforas, analogías, y los modos de comunicarse, que sin duda se relaciona con nuestro modo de vida en todos sus aspectos. Esa tradición oral, que es una herencia de representación popular y masiva se hace presente sobre todo en estos pequeños jugadores que cobran vida para provocar la risa.
¿Qué se puede decir de cómo lo hace?
El western es un género cinematográfico genuinamente norteamericano, que ha tenido sin duda en la historia de cine de ese país una trascendencia vital y de hecho una narrativa eminentemente épica. Todos sus grandes actores de Hollywood han protagonizado algún western en especial John Wayne, Burt Lancaster, James Stewart por nombrar algunos. También es cierto que este género se identifica con directores célebres como John Ford, Raoul Walsh, King Vidor. Y mucho más acá Bailando con lobos (1990) de y con Kevin Costner, quien revitalizó el género siendo además ganadora de 7 Oscars. Lo mismo ocurre con la literatura, y ni que hablar del ámbito de la música. Considero que hay films, que se recuerdan fundamentalmente por ella. Como Río Bravo o Duelo al sol con música de Dimitri Tiomkin o La conquista del oeste (Alfred Newman). ¿Quién no ha visto El bueno, el feo y el malo de Sergio Leone con música de Ennio Morricone?.
Campanella elige para acompañar los registros auténticamente populares y futboleros de los jugadores metegoleadores, si se los puede llamar así, una mezcla de Calle 13 – canción emblemática del film- con la que hizo el compositor argentino Emilio Kauderer, habitual colaborador de Campanella. Además del gusto personal que le provocó a René cuando recibió la propuesta, tuvo mucho que ver la muy buena relación que trazó con Campanella cuando éste le dirigió su último video, “La vuelta al mundo”.
Coproducido con España e inspirado en un cuento de nuestro querido Fontanarrosa. “Memorias de un wing derecho”, que en 1996 Gastón Gorali -a quien Campanella reconoce como el generador del proyecto- compra los derechos del cuento, y ese mismo año se lo muestra a Campanella. Y este se entusiasma con la misma y claramente no la abandona hasta hacerla realidad.
Sabemos que Campanella ha ganado un Oscar por el Secreto de sus ojos, premio con el cual se transformó en un director respetado y requerido a nivel internacional. Ya que nacionalmente ya lo era como realizador de una filmografía que cumple con los requisitos de entretener, emocionar, y hacer las cosas como la gente pensando primero que nada en el espectador, que sin duda se lo agradecieron y se lo agradecerán..
Alejado de las discusiones inútiles – intelectualoides- entre cine de autor?, y cine popular y masivo, Campanella se ocupa de hacer un producto SI, SI, SI pensando en llegar a la mayor cantidad de espectadores y justificando por ende el dinero invertido, recaudando ese vil papel que hace posible este tipo de producciones permitiendo posicionar a la animación nacional, a la altura de los “tanques animados” como Pixar de Disney y Dreamworks de Spielberg. Se supone que estamos hablando en el mejor de los sentidos.
La animación fue supervisada por Sergio Pablos (Mi Villano Favorito, Rio) mientras que la producción en Argentina estuvo a cargo de Jempsa, de Jorge Estrada Mora y Plural-Jempsa y Antena 3 Films en España.
Los productores ejecutivos fueron 100 Bares Producciones, de Juan José Campanella y Catmandu Entertainment de Gastón Gorali, con la producción de Jempsa de Jorge Estrada Mora y Plural Jempsa, y la participación de Canal+, Antena 3, La Sexta, SGR y Telefé.
Su referencia más cercana en términos de su filmografía fue la mítica escena en el estadio de fútbol de El Secreto de sus ojos, dónde sólo había 4 jugadores reales y el resto animados.
Axel Kuschevatzky y Ernesto Sacheri fueron dos de los guionistas, que ya forman parte del equipo del director. Sacheri fue el autor de la novela original en la que se basó el guión adaptado -que también hizo el mismo Sacheri- de la multipremiada El secreto de sus ojos y Axel fue productor de la misma.
Cada una de las voces de los personajes protagonistas a pesar de tener nombres relacionados con nuestro medio fue elegida por casting. “El loco” lleva la voz de Horacio Fontova; “Capi” la de Pablo Rago y Beto la de Fabián Gianola. Entre otros famosos como Diego Ramos y Miguel Ángel Rodríguez. Y Amadeo, nuestro héroe, fue convertido en realidad sonora por David Masajnik.
Metegol es una película de animación 3D para toda la familia, para todos los públicos, y para engrosar la lista de lo mejor del Cine Argentino del 2013.