Un buen puntazo
Se podría empezar esta crítica diciendo que Campanella se clavó un golazo de media cancha con este producto. "Metegol" es la primera producción animada de presupuesto importante que se realiza en Argentina y debo decir que cumplió muy bien con las expectativas que se tenía a priori e incluso creo que las sobrepasó.
Juan José Campanella nos trae una historia universal teñida de cultura argentina, empapada por esa locura futbolística que caracteriza al criollo promedio. La historia se centra en un pueblo pequeño argentino sin especificación geográfica (bien ahí con la federalización) en donde a partir de un partido de metegol entre dos adolescentes, en lo que parece ser los años 80s, se dicta el futuro del mismo. Amadeo, un joven tímido que trabaja en un bar se bate a duelo metegolístico con Grosso, otro joven agrandado y caprichoso al que no le gusta perder. Amadeo resulta vencedor y se queda con toda la gloria, al menos por unos años hasta que ese adolescente insufrible llamado el Grosso retorna al pueblo, esta vez ya crecido, famoso y con muchísimo dinero, tanto que termina comprando el pueblo completo sólo para vengarse de Amadeo y tener un revancha futbolística, esta vez, sobre una cancha de verdad.
La historia juega bastante con los eternos enfrentamientos entre el pibe ñoño y el pibe salame, el buen corazón y el egoísmo, el trabajo arduo y la plata fácil. De manera muy inteligente se plantean estas temáticas de tipo universal que hacen que el espectador se pueda sentir cercano e involucrado con la historia.
Lo negativo del film tiene que ver con que por momentos la trama resulta demasiado infantil, dejando en evidencia que el público objetivo principal eran los niños. La personalidad de Grosso (Diego Ramos) ya de adulto es un tanto inverosímil y está demasiado caricaturizada, al igual que la personalidad de Amadeo (David Masajnik) que resulta débil e irritante. En muchas secuencias queda totalmente opacado por los muñequitos del metegol, que si bien son los personajes secundarios de la trama central, se roban la película desde que aparecen en pantalla. Y justamente en ellos está el plato fuerte de la propuesta, en estos muñequitos que personifican varias facetas de nuestro argentinismo, con sus cosas buenas y malas. Los más sobresalientes son el Beto (Fabián Gianola), el Capi (Pablo Rago) y el cordobés, que aunque aparece escuetamente, los pocos momentos en que dice algo la sala estalla en risas.
Creo que "Metegol" pisa fuerte y viene a decirnos que en el cine nacional hay mucha madera de la buena, incluso para competirle a las grandes producciones hollywoodenses, aunque nunca logremos el trabajo de distribución y publicidad que tienen esos trabajos. Muy recomendable, sobre todo si la vas a ver con chicos o fanáticos del fútbol.