Metegol

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

(Anexo de Crítica)
Hace tiempo que Juan José Campanella se transformó en el director más reconocido del país en el mundo, y esto no sólo por el arrollador éxito de premios y taquilla que significó “El secreto de sus ojos”(Argentina, 2010), sino por sus primeros filmes “The boy who cried bitch” (USA, 1991) y “Ni el tiro del final”(USA, 1997).
No es raro que en el proyecto sucesor a la película ganadora del Oscar, otra major norteamericana (ya la Warner lo había bancado en “El mismo amor, la misma lluvia”) y capitales internacionales permitieran cumplir uno de sus sueños, realizar animación.
Con el disparador de un breve relato del escritor Roberto Fontanarrosa como inspiración (“Memorias de un wing derecho”) es que nace la megaproducción 3D “Metegol” (Argentina, 2013). La película cuenta la historia de Amadeo (David Masajnik), un niño que trabaja en un viejo bar de pueblo y que está secretamente enamorado de Laurita (Lucía Maciel), una joven con aspiraciones más allá del tedio del pequeño lugar.
Un día Amadeo es desafiado por Ezequiel (Diego Ramos, un joven popular) a ganarle un partido del juego que da nombre a la cinta. En un primer momento Amadeo no hace nada, pero luego, y gracias al entusiasmo que ve en Laurita hacia él, decide terminar el partido humillando con varios “goles” a su contendiente.
Años después la rivalidad entre Amadeo y Ezequiel renacerá cuando éste último regresa al pueblo como una megaestrella/metrosexual del fútbol e intenta modificarlo transformándolo en un parque temático de la pelota redonda.
Amadeo deberá afrontar el desafío de encarar el presente y dejar el pasado de lado para poder así ahora en un partido de fútbol real ganar la independencia de su pueblo (Ezequiel lo compró de manera inescrupulosa al gobernador).
Y en el medio de la historia de estos archirrivales que se miden para ver quién es más poderoso que el otro, está la sorpresa de la película, los muñecos del metegol de Amadeo toman vida (uno más entrañable y querible que el otro, con las voces de Pablo Rago, Fabián Gianola, Horacio Fontova y Miguel Ángel Rodriguez, entre otros) y lo ayudarán a cumplir con sus sueños (recuperar el pueblo y conquistar a Laura).
“Metegol” es una gran película de animación, a la altura y el nivel de las producciones del primer mundo, pero su principal diferencia con éstas es la naturalidad con la que toca temas tan inherentes al pueblo argentino (el fútbol, la competencia, el pueblo, el bar, la plaza, la cotidianeidad, la rutina) que a su vez, con la puesta en pantalla en dibujos, los universaliza.
Si esta película no fuera animada quizás la exportación del producto (algo a lo que desde un primer momento se apostó y de ahí su inversión de casi 20 millones de u$d) sería más complicada, pero animación mediante esta cruza de “Toy Story” y “Luna de Avellaneda” encontrará público en cada país y lugar donde se estrene (lo que nos une es más que lo que nos separa, y el fútbol es universal).
Múltiples referencias a la cultura popular (Llanero Solitario, 2001:Odisea del Espacio –en una increíble escena inicial en la que muestran el descubrimiento del fútbol por parte de los cavernícolas-, por citar sólo algunas), a la política nacional (escapada vía helicóptero del intendente del pueblo en plan De La Rúa, corrupción) y a la espectacularización del juego (Ezequiel es igualito a Cristiano Ronaldo y un manager inescrupuloso-que bien podría ser también el director del reality de “The Truman Show”-), potencian la identificación con la película.
Historia de superación (“El partido se puede dar vuelta”), de amistad, de lucha, de amor, de pasión, con suspenso y humor, más allá de la temática futbolera (excelente utilización del lenguaje, filosofía y jerga), el producto final, de impecable y cuidada facturación (atentos a la hermosa B.O.S) encontrará en niños a partir de ocho años y padres acompañantes en general, su público perfecto.