Livingston, el personaje
Método Livingston (2019) de la directora Sofía Mora, es un documental muy divertido sobre un hombre único traspapelado en la historia de nuestros personajes populares, pero con una vocación polemista imperdible.
Rodolfo Livingston es un arquitecto que trabaja de forma colectiva en el diseño de los proyectos, incorporando a las familias para que participen de la creación y las reformas de sus propios hogares. Dentro de este trabajo subyace una filosofía de vida y oficio que involucra el respeto, el amor y el disfrute con el cual nos vinculamos a nuestro trabajo, desde su óptica dirigido a los arquitectos, pero fácilmente aplicable a quien quiera escuchar.
La película es el retrato de un hombre de 85 años que habla con refranes y metáforas sumamente divertidas y lúcidas, que además reconstruye su historia con reflexiones inteligentes y un material de archivo de diferentes apariciones televisivas que demuestra que siempre estuvo ahí, combatiendo con sus ideas progresistas al mundo de la arquitectura y la periferia.
Sus comienzos en la revolución cubana, su lugar dentro de la arquitectura, su espíritu vital, y su alegre negación a la vejez, hacen de este trabajo un atractivo abanico de su vida. Sus salidas ocurrentes lejos de cerrar ejes en el film abren nuevas historias como el reencuentro con una novia de la juventud. La cámara lo sigue atenta, siempre dispuesta a captar aquello que sucede y genera Livingston a su alrededor.
Método Livingston tiene en la producción a Néstor Frenkel y algo de su estilo se filtra en la puesta en escena y el ritmo. El ojo de Sofía Mora se ocupó de capturar detalles que van más allá de la simple entrevista y que configura todo el mundo de esta persona que, a la vez, es un gran personaje.