Una de las mayores dificultades que se presentan al ver una película es olvidarse de la predisposición con la que uno llega cuando fue bombardeado por aquellos que ya la vieron. Desde el más blanco hasta el más negro, a partir del “no te la podes perder” hasta “es lo peor que vi en mi vida”, pasando por todos los grises posibles. Pues bien, encontrándonos en la segunda opción, he de confesar que el filme dirigido por Dan Mazer no deja de ser tan mediocre como la mayor parte de la producción hollywoodense.
Intentando parafrasear, quiero suponer, desde su titulo en ingles a “Harry, el Sucio” (1972), que nos presenta a un sexagenario personaje en busca de redención, siempre habiendo tenido que mostrarse como lo del deber ser.
La muerte se su esposa es el disparador para poder llevar una nueva vida alocada, a nadie debe rendirle cuenta, con engaños arrastra a su nieto a un viaje que parece de cierre y terminara siendo iniciático en el cual la relación abuelo-nieto debe saltear una generación para reinstalarse.
Jason Kelly (Zac Efron) está a una semana de casarse con la bellísima hija del socio de su padre, ambos son sus jefes, todo está bajo control de los mandatos, y si, de ley, es de lo que estamos hablando, pues nos encontramos dentro de un gran bufete de abogados.
Es entonces que aparece Dick Kelly (Robert de Niro), el abuelo en cuestión, y fuerza a Jason a hacer todo aquello que está en la variable de lo incorrecto.
Un filme de formula que intenta ser políticamente incorrecto, que basa su supuesto humor en la colisión entre los diferentes, sumado a lo escatológico o sexualmente casi explicito, masturbaciones, colas, penes dibujados, mujeres fáciles, gays de los buenos y de los vengativos. Sexo, drogas, sin rock and roll.
Robert de Niro la juega de taquito, en su larga carrera siempre fue más un actor del orden de lo naturalista, de no parecer que este actuando, de hacer creíble cualquier personaje más que la construcción de los mismos.
Por supuesto que de esto sabe, claros ejemplos como su interpretación de Al Capone en “Los intocables” (1987), su Max Cady en “Cabo de miedo” (1991), y Jack La Motta en “Toro salvaje” (1980), son sólo una muestra.
Si Jason Kelly tiene un abuelo, ese es Robert de Niro, sin lugar a dudas, más si el abuelo Dick tuviese que elegir un nieto no creo que sea Zac Efron.
De quien se dijo hay que darle tiempo, en su momento parecían tener razón con su performance de Link Larkin en “Hairspray” (2007), pero sólo fue una ilusión dentro de una muy buena película, con un director que supo dirigirlo. Pues en éste caso es la dirección, no sólo el guión, es lo que falla.