Corazón de dragón
Esta remake del filme homónimo, producido en 1996, tiene la capacidad de emocionar a partir de un cuento tan fantástico como sencillo.
Algunos de los temas que circulan durante todo el filme son la amistad, el amor, el refugio de la fantasía, la incredulidad, y ver para creer.
Durante toda su vida el Sr. Meacham (Robert Redford), el narrador del relato, es ahora un viejo tallador de madera, ha encantado a los niños de la región con sus cuentos acerca de un dragón que reside en el bosque del Noroeste del Pacífico. Para su hija Grace (Bryce Dallas Howard), una hermosa guarda forestal, estas historias no son más que cuentos para niños, pero ella se ha visto influenciada por los mismos, sin que tenga registro consiente de esta situación, de ahí su elección de vida.
Hasta que conoce a Pete (Oakes Fegley). Todo un misterioso, un niño de sólo 10 años, no tiene familia ni hogar, y que asegura que vive en el bosque con un gigante dragón verde al que llama Eliott, con la ayuda de Natalie (Oona Laurence), una niña de 11 años cuyo padre es dueño de la serrería local.
Al descubrir a Pete, Grace partirá en busca de respuestas que develen de dónde viene éste singular niño, una mezcla de Tarzan pequeño y kaspar Hauser, cuál es su verdadero hogar, y por casualidad descubrirá la verdad acerca de ese dragón.
Muy bien filmada, con un buen montaje, que hace que el ritmo que no decaiga, con destacvadas actuaciones, y mejor diseño de sonido haciendo especial referencia a la banda sonora.
También es de muy apropiada la factura el diseño del dragon, con un muy buen planteo de presentarlo con imagen amable, no habla, pero expresa, no da miedo, un perro verde, gigante, con alas, casi un emulo de Shrek
Si se puede decir que hay un débil desarrollo de los personajes, le falta divergencia y profundidad emotiva en unos y lógica verosímil en otros, además que por momentos cae en sentimentalismos que el texto no requiere. No por eso deja de ser un producto pensado para todos, que funciona de maravilla.