Renunciar no es opción
Mi Amigo Enzo (The Art of Racing in the Rain, 2019) es una comedia dramática dirigida por Simon Curtis (Mi Semana con Marilyn, Goodbye Christopher Robin) y escrita por Mark Bomback. Está basada en la novela homónima de Garth Stein, la cual fue publicada en 2008 y se mantuvo como best seller del New York Times durante 156 semanas. Producida por el actor Patrick Dempsey, el reparto está compuesto por Milo Ventimiglia (Gilmore Girls, This Is Us), Amanda Seyfried (Cartas a Julieta, Mamma Mia), Ryan Kiera Armstrong, Martin Donovan, Kathy Baker, Andres Joseph, Gary Cole, entre otros. La voz del can es puesta por Kevin Costner.
Desde los ojos del golden retriever Enzo, el cual es un firme creyente en que cuando muera reencarnará en un humano, seguiremos la vida de Denny Swift (Milo Ventimiglia), un corredor de autos profesional que también da clases sobre automovilismo. De esta manera seremos testigos de cómo Denny encontró al amor de su vida, el casamiento, la paternidad, los problemas con sus suegros, entre otros tantos sucesos.
La mayoría de películas que incluyen a perros nos llegan al corazón y esta no es la excepción, más teniendo en cuenta que Enzo es el protagonista absoluto de la historia. Con Kevin Costner a cargo de poner en palabras cada pensamiento y presentimiento de Enzo, resulta imposible no embarcarse de lleno en el filme ni bien comienza. El guión logra darle al can una forma de ser muy humana, a la vez que los diferentes animales que se usaron para representar a Enzo, sin ningún tipo de CGI, consiguen por su mirada o movimientos encariñarnos cada vez más con este personaje.
No obstante al filme desde su póster se lo está intentando vender como que es la opción ideal para ver con toda la familia, lo que termina no siendo del todo acertado. Aunque en la cinta tiene mucho peso la unión familiar y hay bastantes risas, los momentos dramáticos son mayores, lo que genera que haya ciertas escenas muy duras de ver para los más chicos. Algunos golpes bajos son de lo más trillados y otros están mejor manejados, por lo que ésta se convierte en una película en la que es inevitable derramar algunas (o bastantes) lágrimas.
Tanto Milo Ventimiglia como Amanda Seyfried otorgan buenas interpretaciones, sin embargo el que se lleva todos los laureles es Enzo, el cual es nombrado así en honor al italiano Ferrari. Su accionar crea una conexión con el espectador que irremediablemente hará pensar en las mascotas que tenemos y las que ya no están con nosotros.
Con un sorpresivo giro final que está cargado de esperanza y optimismo, Mi Amigo Enzo logra enternecernos, alegrarnos y, por sobre todo, emocionarnos. El filme nos hace reflexionar sobre cómo en la vida, con sus momentos buenos y los más malos, no hay opción de renunciar sino que hay que seguir siempre adelante. Incluso aunque no seas amante de los perros, no te vas a arrepentir de ver el dulce pero duro recorrido de Enzo y la familia Swift.