“Mi Ex es un Espía” o “The Spy Who Dumped Me”, en su idioma original, es uno de esos buddy movies que quizás vimos infinidad de veces y cuyo atractivo no pasa por la trama de la cinta sino por la química de sus personajes principales. La propuesta dirigida por Susanna Fogel (“Life Partners”) es una comedia de enredos bastante clásica que funciona gracias a lo afianzada que se encuentra la relación interpretativa de la pareja protagónica. Mila Kunis (“Bad Moms”) viene mostrando su talento para el género desde “That’s 70 Show” y Kate McKinnon (“Ghostbusters”) demuestra todo su potencial que viene exponiendo desde sus primeros años en “Saturday Night Live”.
El largometraje cuenta la historia de dos amigas, Audrey (Kunis) y Morgan (McKinnon), que se ven involucradas en una conspiración a nivel internacional cuando la primera de las mujeres descubre que su ex-novio es un espía de la CIA. Por un motivo u otro, ambas deberán cumplir una misión que las lleva a Europa, siendo perseguidas tanto por la agencia de inteligencia norteamericana como por MI6 y también por un grupo terrorista que quiere hacerse con un trofeo que esconde información muy importante (el McGuffin o excusa de turno para motivar la trama). Así es como arranca una película irregular que, como dijimos anteriormente, vimos varias veces pero que aquí nos presenta una pareja protagónica femenina, cosa poco usual en los films de este estilo. Este dato, junto con el hecho de que la directora logró trabajar muy bien el vínculo de las dos actrices principales, terminan elevando a la película por sobre la media.
A su vez, las escenas de acción y comedia están bastante bien ejecutadas e impecablemente coreografiadas y realizadas, sorprendiendo en la elección de planos y emplazamiento de cámara que puede acercarse más a la acción que a la comedia. Por momentos resulta chocante el nivel de crudeza de algunas imágenes, debido a que la película busca satirizar relatos del estilo de James Bond y es ahí, en el tono, donde puede fallar. Varias secuencias no se deciden entre el absurdo más duro o la acción más desenfrenada. No obstante, la dupla protagónica y los personajes secundarios ayudan, de alguna forma, a intentar balancear esta cuestión. El personaje de Kunis es el más pensante, sereno y con los pies en la tierra, mientras que McKinnon es dinamita y todo el tiempo está estirando el verosímil hasta más no poder. Lo mismo pasa con los personajes secundarios que componen a los espías, Justin Theroux (“The Leftovers”) y Sam Heughan (“Outlander”) vienen a aportar una cuota de seriedad al asunto.
Otro aspecto que quizás fue un poco descuidado es el que tiene que ver con la edición y el manejo del ritmo en cuanto a estructura global. Las secuencias de acción están correctas, pero después hay muchos tramos de la cinta que carecen de un buen compás, en especial cuando se nos muestran los flashbacks del inicio de la relación entre la protagonista y su novio. A su vez, quizás se tornan predecibles y excesivos los giros del final, pero también tienen como finalidad promover la comedia y la acción.
En síntesis, “Mi Ex es un Espía” es un film sumamente entretenido y disfrutable si se dejan de lado ciertas cuestiones arquetípicas y predecibles de este tipo de relatos. En especial si uno se enfoca en la tremenda química que tienen Mila Kunis y Kate McKinnon, quienes se cargan la película al hombro dando momentos bastante hilarantes. Una propuesta de comedia con un diseño de producción impecable y varias secuencias de acción muy originales. Prestar especial atención a la coreografía y al trabajo de slapstick (humor físico) de McKinnon en la secuencia del circo.