Con esta película tuve una situación muy particular, dado a que tuve que entrevistar a su elenco y directora antes de verla. Lo que hizo que mis expectativas fueran altas, y por suerte no me defraudó, sino todo lo contrario.
Es una muy buena comedia de acción, cuyas protagonistas marcan la diferencia.
En lo particular, pensaba que era un género ya muy explotado y sin nada nuevo para aportar, pero el punto de vista femenino (y feminista) le sienta muy bien, tanto como declaración de principios como para contar una historia.
Mila Kunis y Kate McKinnon componen una dupla espectacular, a base de mucha química y grandes secuencias.
Obvio que todo lo que viven sus personajes es inverosímil, pero no pasa por ahí la cosa, sino por la gracia con la cual transmiten esas absurdas situaciones.
Se parodia a James Bond desde el arranque, mismo el póster o la secuencia de créditos iniciales.
Y son ellas dos las que reemplazan aquella misoginia de los 60s con humor y frescura.
El título de la película no es casual, así como tampoco las decisiones de la directora y guionista Susanna Fogel.
Si bien su experiencia es más amplia en tv, aquí da la sensación de alguien con laburos previos con grandes presupuestos y secuencias complicadas.
Hay algunos planos y encuadres muy interesantes. No había visto su anterior película (Life partners, 2014), así que lo hice y también me gustó mucho.
En cuanto al resto del elenco, uno se queda con ganas de ver al gran Paul Reiser y a Gillian Anderson, en un papel muy divertido.
Pero Sam Heughan compensa con su gran carisma, y junto con las protagonistas conforman un gran terceto.
En definitiva, Mi ex es un espía es una gran comedia que puede ser disfrutada por todos, y que es ideal para ver con un grupo de amigos/as.