El amor es más fuerte
Repaso las líneas que escribí sobre esta notable película cuando se presentó en febrero último, en el marco del Festival de Berlín, y -a casi 8 meses de aquella experiencia- las primeras ideas que me vienen a la cabeza son dos: 1) Que hubiese sido un excelente material para convencer a indecisos durante el largo, arduo y acalorado debate sobre el matrimonio igualitario; y 2) Que a través del humor (esta película tiene algo de comedia de enredos) se pueden decir -a veces de forma más convincente que con el melodrama "importante"- cosas profundas, honestas, tiernas, sinceras y, por lo tanto, conmovedoras para el espectador.
Mi familia, lo nuevo de esa siempre interesante directora indie-queer que es Lisa Cholodenko (High Art), narra las desventuras de una pareja lesbiana (notables trabajos de Julianne Moore y Annette Bening, firmes candidatas a alguna nominación al Oscar) con dos hijos adolescentes concebidos por inseminación artificial (Mia Wasikowska, la Alicia de Tim Burton, y Josh Hutcherson), cuya relación de muchos años se ve trastornada por completo cuando los jóvenes deciden contactar al donante de esperma (Mark Ruffalo), que resulta ser el simpático dueño de un restaurante naturista que seducirá a todos generando una gran confusión e incertidumbre en el seno de ese núcleo familiar hasta entonces sólido e inalterable.
Con gran timing, buenos climas, diálogos inteligentes, observaciones punzantes, situaciones creíbles y excelentes actuaciones, Mi familia viene conquistando distinciones y elogios en festivales (arrancó en Sundance y en la Berlinale ganó con toda justicia el muy popular e influyente premio Teddy al mejor film de temática GLTB) para luego cosechar de forma casi unánime críticas laudatorias (a las que me sumo con este texto).
Como plus y curiosidad, durante un pasaje central del film (una comida en familia) los personajes hablan maravillas de la Argentina y coinciden en que “Buenos Aires es la ciudad más bella del mundo”. No sé si realmente estos artistas conocen a fondo nuestra ciudad o si exageran, pero no hacía falta nada de eso para conquistarnos: los personajes tienen la suficiente carnadura humana, la sinceridad y la empatía necesarias como para que la película -leve y profunda a la vez- resulte un retrato fascinante sobre los nuevos conceptos de familia, sobre el amor, la lealtad y el respeto más allá de los prejuicios reinantes y de las preferencias sexuales que cada uno tenga.