Sutileza narrativa y excelentes actuaciones para tratar nuevos conflictos de familia
Si no fuese que esta familia se conforma por dos mujeres y un hijo de cada una, éste seria un filme más, típica comedia dramática americana.
Pero tiene algunos elementos que la desplazan, a saber, ambos hijos son del mismo padre, pero éste es en realidad un donante de esperma desconocido, y no intenta ser una radiografía sentenciosa de un tipo de familia diferente a lo establecido.
Por lo cual los chicos son medio hermanos. Joni (Mia Wasikowska) esta por cumplir 18 años, a punto de ingresar a la universidad, Laser (Josh Hutcherson) tiene 15 años, y siempre tuvo el deseo de conocer a ese personaje de presencia ausente en su vida.
Es entonces que le pide a su hermana que trate de averiguar quién es el padre, ya que al cumplir los 18 tiene esa posibilidad.
La entrada de Paul (Mark Ruffalo) en la vida de la familia trastocará lo que hasta ese momento, y durante más de 18 años, fue una historia familiar “casi” convencional.
La madre de Joni, Nick (Annette Benning), medica, es el sustento económico de la familia, independiente y segura; Jules (Julianne Moore) es la madre del varón, hace las veces de ama de la casa, dependiente, temerosa, en contraposición a su pareja
Lo importante en la construcción de la historia, es que la misma no cae en demasiados clisés, ni esta exacerbada la situación de la pareja. Narrativamente se podría decir que es convencional, y los rubros técnicos son de muy buena factura.
Pero lo que descolla son las actuaciones, todas, sobresaliendo las de Moore y Benning, como madres y como pareja, tanto la química entre ellas en la pantalla como la delicadeza de las imágenes, hacen que estas no aparezcan como provocativas, e instalan lo verosímil desde el principio.