Una familia muy normal
Describir las nuevas constelaciones de relaciones amorosas parece a esta altura una empresa poco novedosa. Por eso ya desde el título (“Los chicos están bien” según la traducción literal de su nombre original) la directora quiere, no hacer foco en la pareja conformada por Nic y Jules, sino en sus hijos, Joni y Laser. Concebidos a través de un donante de esperma, los chicos llegan a la adolescencia y deciden buscar a su padre. Hallan a Paul, un hombre que entrará rápidamente en la vida de los cuatro, y en algunos de ellos más profundamente. Presentados los personajes, el conflicto se suscita entonces en la capacidad de esa familia de absorber a un nuevo integrante. Y no pasa de allí. Lo demás es una visión naturalizada de las parejas gay y un tratamiento más que superficial de la psicología de los pibes.