El colmo de una lésbica
Esta elogiada comedia en Sundance y reverenciada por la crítica internacional se queda a medio camino entre una peli indie y una comedia conservadora norteamericana de las de siempre. Más allá de esta premisa, resulta inmejorable el trabajo de Annette Benning y Julianne Moore.
Ambas componen a esta pareja de cincuentonas lésbicas sin caer en los arquetipos pero manteniendo las características en la diferenciación marcada de los roles, llevándose Benning la parte masculinizada del grupo. Nic es la proveedora de la familia, ya que es la única que trabaja mientras que Jules (Moore) aporta el costado femenino, sumiso y vulnerable ante la primera crisis de pareja.
Los problemas de Nic y Jules en la dinámica de pareja son exactamente iguales a los de cualquier otra heterosexual: el desgaste, la desatención y la necesidad de explorar sexualmente con otra persona en el caso de Jules ante la frialdad de Nic, más concentrada en mantener el orden en la casa y en el trabajo.
Hasta aquí, Mi familia, de la directora Lisa Cholodenko, no plantea nada descabellado, salvo la incursión de otro nudo conflictivo a partir de la acción de los hijos de la pareja: Joni (Mia Wasikowska, la protagonista de Alicia… de Tim Burton) y Laser (Josh Hutcherson), ambos nacidos por inseminación artificial y con la inquietud de saber quién ha sido el donante para poder conocerlo, no en pos de la trillada búsqueda de un padre ausente sino como parte de la rebeldía del menor en una familia prototípica que, pese a estar integrada por dos mamás, representa la falsa apertura de criterio mental tras repetir costumbres y hábitos conservadores.
Así las cosas, Joni encuentra al donante, Paul (Mark Ruffalo), un soltero que abraza la corriente naturista y es dueño de un restaurant, con quien rápidamente entabla una relación al punto de llevarlo a conocer a sus madres, quienes recibieron su esperma muchos años atrás.
La llegada del extraño -como es lógico- trae consigo conflictos generacionales; revela la crisis matrimonial encubierta y alimenta expectativas en cada miembro al tratarse de un individuo que parece más liberal y bondadoso de lo que realmente puede soportarse, poniendo en jaque el control que ejerce Nic, tanto sobre sus hijos como sobre Jules.
El problema de Mi familia (traducción poco lúcida del original The kids are allright) es básicamente conceptual, dado que Lisa Cholodenko no acierta en el tono elegido al carecer de humor para dar lugar a la ironía al poner en juego valores intocables como el de la familia nuclear y el de los matrimonios heterosexuales, quedándose a medio camino del conservadurismo al introducir un costado melodramático pero no por ello menos auténtico, donde deja que afloren los sentimientos de cada personaje.