Con un humor forzado y varios desaciertos en el guión se presenta “Mi gran boda Griega 2”. Vendría a ser la continuación luego de 15 años, y casi con el elenco original, de la primera.
La muy particular familia Portokalos, revolviendo viejos documentos, se entera que falta la firma del sacerdote que los unió en matrimonio a los grandes protagonistas (Gus y Maria los padres de Toula). Esto va a motivar a toda la familia a realizar los preparativos para esta nueva gran boda.
Si bien encontramos gags y situaciones cómicas fundamentalmente ligadas a la burla sobre la misma colectividad, no fluyen naturalmente y es asombroso ver como no causan gracia. Es más, diría que hasta incomoda al espectador.
Falta una buena construcción del relato, y la dirección de actores acompaña precariamente esa propuesta.
Los gestos están muy marcados y exagerados. Pienso que la mayoría de las veces menos es más. En este caso siempre intentan más sobre lo que ya basta y sobra. Y lo ridículo no necesariamente causa risa.
Rescato la bella fotografía de la ciudad y la banda sonora. Si te gusto la primera seguramente encontrarás motivos para pasar un momento agradable con esta segunda parte. Como siempre, y por suerte, hay para todos los gustos.