Muchas veces me encuentro con gente que al pasar, me pide, implora porque le recomiende una comedia para reirse mucho. Siempre sucede que me detengo a pensar en ese instante, que fue lo último que me hizo pasarla muy bien y mi cabeza entra a buscar y buscar en los títulos cercanos a mi memoria y... Me quedo sin decirles nada. Porque sencillamente (y esto es cien por ciento honesto), la mayor parte de las comedias son, en este tiempo, anodinas, descoloridas y poco originales.
He aquí un notición. Tenemos en sala una comedia perfecta. Quizás no lo sea tanto (yo creo que es excelente), pero deslumbra porque ya estamos aburridos de la parva de intentos en el género que solo ofrecen un puñado de gags físicos malos y mucha movida escatológica. Basta. Es hora de ver algo que te haga reir. Que apele a lo que te mueve, que movilice y te haga sentir dentro de ese frenesí que destruye lo esperable. Llegó. Se acaba de estrenar en Buenos Aires, "Mi gran noche".
Sólo el talento de Alex de la Iglesia es capaz de producir un film tan redondo, hecho con tan poco dinero (y si me dicen que hay muy buenas cintas que se han arreglado con poco presupuesto, les digo: por supuesto, pero NO son comedias). Hollywood necesitaría cuatro guionistas de primer nivel para emular al español.
El hombre (nada menos) se anima a maximizar el uso de su presupuesto e instalar toda una movida que homenajea a los viejos shows televisivos españoles de fin de año (en los 70 y 80), donde artistas de gran renombre, cantaban y bailaban junto a un grupo de selectos aplaudidores (comensales) que estaban ahí sólo con la idea de representar el escenario de una cena elegante.
"Mi gran noche" es un ensamble coral dinámico y furioso. Un riff de idas y venidas a gran velocidad con diálogos desopilantes y personajes bien delineados, a lo "De La Iglesia", en un solo trazo, pero potentes y funcionales a la trama. Combina lo mejor de su escuela: no perdona a nadie, todos tienen su momento de lucimiento y ensamblan de lo mejor.
La historia gira (dijimos) sobre la grabación de un evento en un canal de televisión, en la previa de la noche más importante del año. Símbolo o no de una España en crisis, lo cierto es que el conflicto es cercano y divertido. José (Pepón Nieto) es un hombre común que funciona como el faro de la historia.
Llega a reemplazar en el set a un accidentado y descubre que todo allí, es de mentira. Es atemporal. Hay copas, comida de utilería, gente en smoking y muchas luces. Es una fiesta. Extraña, bizarra y delirante. Desde ese sujeto simple, deslumbrado por no sentirse en su elemento (es la primera vez que trabaja como extra), parte De la Iglesia para mostrarnos el lado B del show business. Odios, rencores, envidia, dinero, drogas, alcohol, hay, para todos los gustos. Todo, matizado con cuadros musicales, intrigas policiales y problemas sindicales.
Parece caótico (de hecho, en España muchos atacaron al director por ese enfoque) pero no. Creanme que una vez que acepten el universo, la fiesta ataca feroz y la vas a pasar muy bien.Algo más, "Mi gran noche" incluye el regreso al cine de un gigante de la escena. Nada menos que Raphael, varias décadas después de su última participación en una película. Chocará con un rival a su medida, un tal Adanne (Mario Casas en una parodia, suerte de cruce entre Chayanne y David Bisbal) en un par de escenas imperdible.
En el medio, un grupo de extras que estrecha demasiados sus vínculos, conductores, artistas, mujeres dispuestas a todo, fuerzas de seguridad, productores corruptos y toda la fauna que se puedan imaginar, condensada en 100 increibles minutos que son disfrutables de principio a fin. ¿Elenco? Los más fieles de este director: Santiago Segura, Carolina Bang, Carlos Areces, Blanca Suárez y siguen las firmas. De primera.
Podría contarles más pero... ¿No sería mejor que fueran a sala a comprobar si estoy tan errado? Imperdible. Gran comedia. Gran eh!