Mi hist(e)ria en el cine: filmar como acto terapéutico
Directora de valiosas películas como El cielito, La cámara oscura y María y el Araña, María Victoria Menis sufrió el mismo desencanto que miles de cineastas en todo el mundo por una profesión en la que las dificultades para conseguir financiamiento desaniman incluso al más entusiasta de los creadores.
En medio de la desilusión y tras la propuesta de su amiga y colega Franca González, Menis comenzó a filmar una suerte de diario personal como forma de canalizar esos sentimientos y de exorcizar los demonios internos. El resultado de ese viaje introspectivo y artístico es Mi hist(e)ria en el cine, esta mezcla entre la home-movie (buena parte de la familia de la directora se ha dedicado a la creación cultural), el ensayo cinéfilo (incluye fragmentos de películas como Ocho y medio, Lawrence de Arabia, La rosa púrpura del Cairo, Los 400 golpes, Viaje a la Luna, Alicia en el País de las Maravillas o El romance del Aniceto y la Francisca, que marcaron su carrera artística y su vida personal) y la reflexión sobre el paso del tiempo y los cambios tecnológicos (ella pertenece a la "vieja guardia" del cine analógico y los videoclubes).
La película -melancólica, íntima e impiadosa a la vez- no escapa al humor autoparódico y conlleva un ejercicio que muchos (no sólo directores de cine) deberían imitar: transformar la crisis en acción, hacer antes que quejarse. Filmar también puede ser un acto terapéutico.