Antes de entrar a ver Mi novio es un zombie hay que sacarse los prejuicios. Una vez hecho eso realmente se puede pasar un buen rato.
Se cree que esta película es una especie de Crepúsculo pero con zombies en lugar de vampiros y la realidad dista mucho de eso.
Primero hay que aclarar que se eligió un pésimo nombre para el mercado latino, pero es entendible que se lo hayan cambiado porque la traducción original de Warm bodies (Cuerpos calientes) daba para una interpretación que no era.
Teniendo en cuenta esto sólo queda referirnos al tono de la película para aclarar dudas y que los potenciales espectadores no se lleven sorpresas: es una comedia romántica.
Y en gran parte de la cinta la balanza se inclina por los aspectos cómicos separándose de esa manera de cualquier comparación posible con la saga romántica de vampiros y hombres lobos que finalizó el año pasado.
Mi novio es un zombie aprovecha y explota muy bien cada uno de sus elementos y ofrece una mirada distinta y refrescante para un genero más que explotado tanto en cine como en televisión.
Por ello, no esperen ver a las criaturas de El amanecer de los muertos (2004) ni de la serie Walking Dead, incluso podríamos decir que este estreno parodia por momentos a los zombies de los ejemplos citados.
El personaje de Nicholas Hoult está más vivo que muerto y es en su interpretación muy lograda en donde recae todo lo bueno y fresco de este film. La química que tienen él y Teresa Palmer es formidable y supieron sacar provecho de ello tanto en las escenas cómicas como en las románticas.
La cultura pop, la oda a los vinilos, el anhelo del pasado y un ansiado mejor porvenir son algunas de las subtramas que el director Jonathan Levine desarrolla bastante bien junto con una fotografía correcta y una edición un tanto arriesgada por momentos, siendo este aspecto técnico lo más flojo del film.
Y a pesar de unas pocas fallas menores, desde el principio el director supo encontrarle rumbo e identidad a esta adaptación de la novela de Isaac Marion que ya se convirtió en un clásico y de la cual se desprendieron una precuela y una secuela próxima a salir. Aunque su futuro en el cine es incierto.
Mi novio es un zombie es una opción muy entretenida que vale la pena ser vista en el cine para pasar un buen rato con amigos o en pareja.