Mi obra maestra, película dirigida por Gaston Duprat y guionada por Andrés Duprat (también director del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires) reflexiona sobre el sistema artistico y todos sus agentes, su producción, su circulación, la crítica y los intelectuales, y cómo funciona el mercado artístico.
En dicho sentido el film está en estrecha relación con El artista (Mariano Cohn y Gastón Duprat, 2008) también guionada por Andrés Duprat. Ambos largometrajes reflexionan y parodian sobre la tradición del arte, sus rupturas y el campo artístico. Mientras en El Artista el crítico de arte era representado como respetable, aquí es burlado y estereotipado como snob y cruel. Una inversión similar sucede con la figura del galerista, mientras en El artista este era ignorante y snob, aquí Arturo (Francella) posee sensibilidad por el arte.
El filme, por un lado desmitifica el mito del artista "genio" y por otro lado, lo reafirma, evidenciando las contradicciones del mundo del arte. Al igual que otros mercados, el del arte también es dominado por ciertas modas, tradiciones y nuevos auges. Esto es lo que padece Renzo, interpretado de forma plasticamente verosímil por Brandoni, un artista del pop art argentino de los 80 cuya técnica parece ha pasado de "moda" y el único que le sigue dando espacio es Arturo, por respeto y amistad.
Además, la película expone los avatares de la amistad, sus vaivenes, tolerancias, exigencias e incluso abusos, pero finalmente su complicidad e incondicionalidad.
El filme posee una vuelta de tuerca, entretenida pero algo predecible para algunos espectadores. Sin embargo, es un relato bien construido pero no es el más original de sus realizadores. Dejara pensando al espectador intelectual sobre Qué es el arte? y Quién legítima las obras artísticas?
Calificación: 3/5 ⭐Denises ⭐