Por esos avatares del destino, esta propuesta, trillada, plagada de lugares comunes y chistes obvios, tiene a un protagonista, Sebastián Maniscalco, que no está a la altura del relato y mucho menos de sus compañeros. Robert De Niro, Kim Catrall y David Rasche hacen lo que pueden con un guion que se abusa de la copia en vez de buscar originalidad.