Huppert en historia al estilo Luis Sandrini
De buenas a primeras, sin que el público sepa siquiera de su existencia previa, aparece en salas de estreno esta buena comedia francesa. Nada del otro mundo, pero bien hecha, bien actuada, con excelentes diálogos, criaturas pensadas cuidadosamente, desarrollo sutil, elementos para sonreir y reflexionar, y final más que atendible.
Se trata de una comedia sentimental bastante irónica, que parte de una confrontación básica harto remanida, ya explotada por lo menos desde «El canillita y la dama», de Amadori, con Sandrini y Rosita Moreno, 1938, en adelante. En este caso el asunto parece más extremo, porque nos encontramos con la señora adinerada, cultivada, refinada, dedicada al negocio del arte. habituada a mandar pero no a resolver cuestiones prácticas, y el vago impresentable, bruto, inclinado al trago, habituado a eludir obligaciones, pero capaz de arremangarse y resolver un desperfecto cualquiera. Si quiere. Si se acuerda. Y si lo dejan.
Hechas las presentaciones, ya se sabe qué rumbo tomará la historia. El asunto es ver primero cómo chocan esos seres tan contrapuestos, cómo y porqué cada uno va aflojando su actitud inicial, y de a poco deja de ver al otro como personaje chocante, lo ve como persona humana, e imperceptiblemente se deja «contaminar» por ella. Para eso han de tener algún punto en común. Bueno, por empezar ambos dicen lo que piensan, aunque tal vez eso no sea lo más conveniente. Y sus respectivos hijos se han hecho grandes amigos (un dato valioso que después se trabaja poco). El resto, es bueno que el público lo descubra por sí mismo.
Intérpretes, Isabelle Huppert en una de sus escasas actuaciones de comedia, el belga Benoit Poelvoorde, excelente actor, André Dussollier como el marido que se las arregla fuera de casa, Virginie Elfira, desperdiciada, y el fotógrafo Hiroshi Sugimoto en un papel clave (no confundirlo con Hiroshi Fujimoto, cocreador del gato Doraemon). Autora, la ya veterana Anne Fontaine, de quien acá solo se han visto circunstancialmente «Nathalie X», «Cómo maté a mi padre» y «Cocó antes de ser Chanel». En fin, «Mi peor pesadilla» también se ve circunstancialmente.