Mi primera boda viene en la línea de la "peli industrial argentina simpática del segundo semestre". En los últimos años estuvo Un novio para mi mujer e Igualita a mi, en ambos casos con Adrian Suar.
En esta vuelve Natalia Oreiro en búsqueda de los grandes públicos, acompañada de Daniel Hendler que viene de otro palo.
Por mi lado ya sea por el poster, por lo previo y/o por las primeras tomas, no daba la sensación de cuadrar la pareja entre si. Pero con el correr de la película se va consolidando y se hace creíble.
Natalia Oreiro transmite su frescura natural. Está muy bien y es un papel que le cae perfecto.
Todo el elenco secundario está muy bien y aporta lo suyo.
Lograron poner a ciertos personajes muy bien, como es el caso de DJ, que parece DJ deró...
Los dos Luthiers que aparece, son a la película, lo que la ardilla a La era de hielo... y sirven para darle un toque simpático distinto a lo otro que se va mostrando.
Muy bueno el cameo de Ricardo Mollo pocos segundos en una foto "de casamiento".
La película tiene una historia muy sencilla, que se puede ver parecida a muchas otras de distintas nacionalidades. Incluso recientes en el estreno.
Pero eso tampoco le quita el entretenimiento.
Mi primera boda es un buen producto que cumple con su cometido.
Lo mejor que tiene la película, es como fue filmada. Tiene una gran calidad en la composición de los planos, usan grúas, cámaras en movimiento. No hicieron la clásica puesta fija de cámara. Y realmente les quedó muy bien y hacen al producto más vistoso.
Realmente es para aplaudir como fue filmada, porque no se ve algo así en esta clase de cine de la Argentina. Quizás al público destinatario le importe poco este detalle, por eso el mérito de la producción vale doble.
Mi primera boda dejará satisfechos a los consumidores de este estilo de cine nacional, que llega una o dos veces por año, y que si mejorara su participación en la cantidad de estrenos argentinos por año, tendría mayor cantidad de público nuestro cine, sin la necesidad de leyes absurdas.
Cumple y entretiene.