Al ver Mi semana con Marilyn queda claro por qué Michelle Williams fue nominada al Oscar este año y recibió muchos premios por esta labor.
Tuvo la mala suerte de tener que competir con Meryl Streep, ya que de otro modo es probable que el premio se lo hubiera ganado.
Hace rato que la actriz se viene destacando en el cine pero acá la verdad que sobresalió con su trabajo.
Michelle Williams no interpreta a Marilyn Monroe sino que literalmente se convirtió en ella.
Algo similar a lo que hizo Jamie Foxx con Ray Charles donde capturó cada característica del artista.
William hace lo mismo con Marilyn y retrató muy bien el carisma y vulnerabilidad que tenía la actriz.
De hecho, este es el único motivo por el que se me podría ocurrir recomendar a alguien esta película.
Michelle Williams y el resto del reparto es lo único interesante de este film.
El problema con esta propuesta es que no es una biografía de Marilyn sino un hecho puntual que no podría ser más irrelevante para lo que fue la vida de este ícono del cine.
Los problemas sentimentales de la actriz con su esposo Arthur Miller durante la filmación de El príncipe y la corista.
¿Y a quién le importa?
¿Es realmente interesante la cuestión como para hacer toda una película sobre ello, que encima se cuenta desde la visión de un ayudante de producción?
Dejemos a un lado que varios biógrafos reconocidos de la actriz como Barbara Leaming y Donald Spoto coinciden y aseguran que todo esto es una farsa y el ayudante de producción Colin Clark jamás llegó a tener un contacto personal con la actriz, más allá de verla en el set.
Aparentemente Clark sería uno de los tantos buitres que aprovechó su trabajo en el rodaje de una película para sacar un libro sensacionalista y hacer guita con ello. No es el único que hizo esto, por cierto.
La película de todos modos se hace llevadera por el trabajo de los protagonistas y el hecho que evoca un período de Hollywood muy interesante por las figuras que en ese momento formaban parte de la industria del cine.
Mi semana con Marilyn no está mal pero reunió un elenco demasiado grande y talentoso para un guión que parece salido de una producción televisiva de los años ´80.