Hay películas que usan el encanto del cine para ir contra el encanto del cine. Por ejemplo, esta: nos dice que la fama es puro cuento, que qué terrible pelea de egos es ser una estrella, que qué difícil ser un gran actor o actriz cuando se es bello y sexy, que qué terribles los medios, etcétera etcétera. Pero este breve romance entre la gran estrella y el jovencito inexperto (eso es) apela al glamour, la imitación y el brillo prestado de aquellos grandes nombres para intentar desmitificarlos. Por suerte no lo logra. Sí, los actores están bien, puro cine inglés.