Mañana llega Marilyn
La diva y "bombshell" Marilyn Monroe a su tiempo, era objeto de deseo del mundo, casi perfecta en femenina forma, no hubo quien no soñara ni fantaseara con la misma. Algo así le ocurre a un joven principiante en el mundo del cine inglés, quién en ávida búsqueda de trabajo, termina siendo cadete, asistente y chico de los mandados del portentoso Laurence Olivier -ícono de la gran actuación mundial- quién hacia el año 1956, decidía contratar a la blonda estrella norteamericana para ser su coprotagonista en "El príncipe y la corista". Hasta allí todo real. Porque lo que sigue es una historia simple y anecdotaria, la del muchacho que debido a su cercanía a la gran estrella, y hallándola en un momento crítico -entre ellos la relación tirante con su marido de por entonces: Arthur Miller-, mantiene una vinculación donde provoca algunos conflictos y un enamoramiento terrible de la bella actriz.
Supuestamente a Colin Clark -que falleció hace pocos años- se le brotó tanto su relación de semana única, que lo llevó a escribir memorias, hay quienes aún sostienen que es un fraude y que nada pasó más que un ligera amistad entre ambos. Igual la historia -aqui no relatamos ni adelantamos nada de los giros que suceden- tendrá sus atractivos, como por ejemplo conocer un poco más la figura débil y hasta desesperada de M.M., y también lo mejor del filme que es sin dudas la actuación magnífica, mayúscula de Michelle Williams, quién no caricaturiza sino siente el alma propia de la recordada figura. Recordemos que este año compitió por el Oscar con Meryl Streep en su Margaret Thatcher de "La dama de hierro", de verdad la labor de la chica Williams supera aún a la composición de Meryl, nada menos...
Kenneth Branagh es un maravilloso "Larry" Olivier, otro que maneja un registro actoral superlativo, tampoco desentonan en su personajes: Judi Dench y Julia Ormond que encarna a la mujer del actor: Vivian Leigh, y en pequeño papel está la chica "Potter": Emma Watson como una vestuarista novia de Colin, el narrador.
Lo dicho un filme correcto, simple, que vale por su fotografía y sus actuaciones.