Una desmitificación que con un guion justo y necesario es llevada adelante por un excelente reparto.
Cinéfilos o no, todos sabemos del mito de Marilyn Monroe. Más de uno tiene grabada en la cabeza esa escena emblemática de La Comezón del Séptimo Año de Billy Wilder (el maestro siempre presente), donde a Marilyn se le vuela la falda al pararse sobre la rejilla de un subterráneo. Más de uno también recordará su affaire con el Presidente John F. Kennedy. Pero estoy seguro que pocos conocen de la inteligencia y el talento actoral al que aspiraba Marilyn. Cuando más de una en la actualidad se conformaría con ser una bomba sexual y extenderlo hasta que el cuerpo les pase la inevitable factura, Marilyn quería ser una actriz del método, a la altura de las grandes intérpretes de su generación. La presente película es un ejemplo de esa desmitificación.
COMO ESTA EN EL PAPEL
Ya hubo dos biopics para la televisión, ambas sobreactuadas y sobredramatizadas. Pero yo creo que el guion de esta película, aunque no es el mejor, es bastante decente. La estructura se sostiene en lo justo y necesario y, a pesar de que tiene los puntos de giro casi de adorno, no puedo decir que es un guion mal trabajado, pues les dio a los actores una buena base para encarar sus personajes. Aunque estamos hablando de una adaptación, fue un acierto apostar por el punto de vista de alguien que formó parte del entorno de Marilyn, más que apostar a contar toda la historia y cometer un error más grosero que el de los antecedentes televisivos. O sea, es un trabajo mediano a nivel estructura; muy buen trabajo a nivel personaje.
COMO ESTA EN LA PANTALLA
A nivel técnico lo que más se destaca es la fotografía. Y dentro de la misma, la iluminación sorprende más que la composición de los cuadros. Las escenas con Marilyn brillan a pesar de estar sumidos, emocionalmente hablando, en la más profunda de las oscuridades. La música está en su tiempo justo y subraya decentemente no tanto las acciones, sino las emociones de los personajes.
ALTOS ACTORES
El talento actoral es lo que hace que esta película valga la pena. Kenneth Branagh aunque no se parece en nada a Laurence Olivier, lleva cabalmente el rol de un actor y director que se frustra con esta estrella. Una frustración producto del enorme resentimiento y a la vez la enorme admiración que tiene por Marilyn. Judi Dench, una de las grandes damas inglesas de la actuación, entrega una gran performance. Emma Watson, si bien tiene un papel pequeño, prueba con creces que hay vida después de Hermione Granger. Pero en quien me quiero detener es en Michelle Williams.
Quiero aclarar que hasta esta película, la señorita Williams no era santa de mi devoción. Creo que es una intérprete adecuada y su rol de querida del cine independiente está terriblemente sobrevaluado. Pero en lo que a su trabajo en esta película refiere, me veo obligado a establecer que ella traza a grosso modo la enorme diferencia entre “hacer de” y “ser” un personaje histórico; cosa que es fundamental para que el espectador te crea, y por ende, te banque a lo largo de 1 hora y 40 minutos de película.
Williams no hace de Marilyn, Williams ES Marilyn. Te creés que es la Monroe desde el primer fotograma hasta el último (literalmente es así), y eso no puede ser otra cosa que una interpretación cuidadísima y extensivamente preparada. El trabajo de Williams alcanza solidez en los momentos más íntimos de la película, donde te percatas que esto es más que una mera imitación del icono. Una interpretación que conmueve y sorprende a tal punto que te dan ganas de agarrar a todos y a cada uno de los miembros de la rama actoral de la Academia y darles un violento sopapo vuelta y vuelta cual Homero a Ned Flanders cuando dice Estamos perdirijillos diciéndoles: “Meryl Streep? Meryl Streep, Hijo de Mil P…? Entiendo que sea una institución actoral, pero la mina ya tiene dos Oscares; no necesitaba un tercero, y menos por una m… como fue La Dama de Hierro. Ni ella se lo pudo creer” Pero hablando en serio, el que vea la peli se va a dar cuenta que si Williams tenía que ganar por alguna de las tres nominaciones que ya tenía, lo merecía por esta. Ganadora Moral absoluta del rubro.
CONCLUSION
Aunque con un guion adecuado y una técnica sobria, la performance de los intérpretes es lo que consigue que esta película parezca lograr más allá del promedio, cuando en realidad lo alcanza en lo justo y necesario. Disfrutable, pero recomendable para los fanáticos de Marilyn. Si ella viviera para ver lo que Michelle Williams hizo con su vida, se sentiría orgullosa, por no decir redimida.