Gru debe seguir siendo malo
Gru está dulcificado. Ese aire diabólico tan atractivo de ‘Mi villano favorito’ inicial, sólo se mantiene en algunos estallidos de violencia. La factura técnica de la película es impecable, tiene abundantes efectos especiales, buen ritmo, disparatadas pero deliciosas actitudes de sus personajes, gran protagonismo de los ‘minions’ y el encanto adicional de las huérfanas.
Nuevamente Gru, el villano parecido al Acertijo (de la saga de Batman), que conocimos en el filme anterior, de gran éxito comercial, es el protagonista de esta segunda parte. En la actual Gru se convirtió en un ex villano, dedicado a ser padre de las tres pequeñas huérfanas, Margo, Edith y Agnes, pero la tranquilidad del hogar se ve alterada cuando lo convoca la Liga Antivillanos, para introducirlo nuevamente en el oscuro submundo, en el que trabaja una organización criminal que aspira a apropiarse del universo. En realidad, Gru quiere estar tranquilo, pero justo se le va su amigo el doctor Nefario y llega este pedido. Y en forma particularmente insistente, representado por la pelirroja Lucy, eficiente colaboradora de la Liga.
HEROE DULCIFICADO
Gru deberá acceder y fielmente acompañado por sus amigos los ‘minions’, tan amarillos y locos como siempre, comenzará una aventura llena de imprevistos y obstáculos.
Lo que notamos en este segunda película animada, es que Gru está dulcificado. Ese aire diabólico tan atractivo de ‘Mi villano favorito’ inicial, sólo se mantiene en algunos estallidos de violencia. Su ingreso a la civilidad olvidó la Luna como trofeo (que tenía pensado robar en la película anterior), aceptó el ingreso a un restaurante temático y a publicitar de alguna manera los nachos (tortilla mexicana) como un atractivo alimento para ahogar penas.
Como compensación, atisbamos algún flash al pasado en el que descubrimos a Gru niño, víctima del ‘bullying’ (acoso infantil) y aún presa fácil de la depresión, la que no le permite atreverse a iniciar un romance con la singular Lucy.
POSIBLE ROMANCE
La factura técnica de la película es impecable, tiene abundantes efectos especiales, buen ritmo, disparatadas pero deliciosas actitudes de sus personajes, gran protagonismo de los ‘minions’ y un detalle que se intensifica en las producciones para chicos, la constante alusión a éxitos televisivos pasados y las referencias musicales netamente orientadas a padres, tíos y abuelos de los pequeños asistentes. La secuencia romántica, casi en el final, donde se parodia a películas orientales y animés reconocidos, es un excelente ejemplo de esto.
Buen humor, no demasiadas novedades y el encanto adicional de las huérfanas, bien ilustrado, en la escena de Gru deseándoles buenas noches a las pequeñas es de una gran ternura. También se muestra una fugaz referencia a la integración sexual, en un diálogo entre Gru y la pequeña Margo.
Entre los nuevos personajes y en el consabido guiño a México está la presencia de Macho, como otro malvado de potente trazo. En este caso, disfrazado de boxeador enmascarado, tradición muy apreciada por la idiosincrasia azteca.