Paternidad y Minions
En esta secuela de "Mi Villano Favorito", lo vemos a Gru ya asumido en su rol paterno, con sus tres hermosas hijitas Margo, Edith y Agnes. Habiendo renunciado a su profesión de malvado trata de encontrar un nuevo lugar en el mundo como dueño de un local de muffins en el mall de la zona. Fabricante de jaleas y padre full time, se encarga con cariño y dedicación de sus princesitas y hasta organiza cumpleaños, siempre con la ayuda de los minions.
En medio de esta nueva vida, Gru es tentado para trabajar en una secreta y complejísima organización contra el crimen, cuya misión es encontrar una peligrosa fórmula que ha sido robada de un laboratorio. Así aparece Lucy, una agente que le asignan como compañera de trabajo, y que como protagonista femenina de la historia, se convierte en una posible figura materna para las nenas, y en el amor de Gru; lo que aporta ternura y humor a la película, ya que el antiguo villano no tiene demasiada experiencia en estas cuestiones.
El 3D es impecable, y la misma estética redondeada y accesible de la primera parte está ahora aún más consolidada, con personajes tiernos de ojos grandes, y malvados gordos y narigones.
Visualmente adorable, con mucho humor físico, y una historia simple, la película va a lo seguro, apunta al público más pequeño, y se apoya en la gracia de los Minions para lograr una seguidilla de gags, de los que también pueden reírse los padres.
Sin dudas, son los pequeños personajes amarillos quienes se roban la película, con esos sonidos extraños, realizando toda clase de actividades, desde las tareas del hogar hasta una coreografía de Village People, y siempre asistiendo a Gru. Los Minions hacen la diferencia, aportando no solo humor, sino también un toque surrealista, que logra que la película sea algo más que una historia infantil y melosa.