Un chiste que ya se agotó
Mi villano favorito (Despicable Me, 2010) era un fallido film de animación que buscaba sumarse a la gran pelea de esta clase de cine por el mercado internacional.
No tenía muchas ideas interesantes, e incluso algunas cosas parecían directamente plagiadas de otras películas anteriores como Monsters Inc. El cambio de sentido del inocente villano devenido en bueno, era también un recurso propio de los nuevos tiempos. Y para delicia del merchandising y buscando encontrar algo efectivo como la ardilla de La Era del Hielo, estaban los Minions, qué también parecían ser primos de los aliens de la máquina de Toy Story. La secuela de aquel film llega ahora a la pantalla para recuperar el éxito a la vez que darle una nueva vuelta de tuerca. Aquel villano, ya dedicado a la crianza de sus tres hijas, y con sus inefables Minions con algo más de tiempo libre y todos los chistes fáciles habidos y por haber están fuera de los conflictos del primer film. Pero un conflicto debe aparecer y Gru (recordemos que quienes la vean en inglés disfrutarán de la voz de Steve Carell) es convocado por una liga antivillanos para combatir al nuevo villano de turno. Esto permite incorporar personajes, escenarios y situaciones nuevas. Los Minions tienen muchas más escenas delirantes, y no siempre muy justificadas, pero apuestan a la risa fácil del espectador y alguna que otra vez seguro lo obtendrán. Y obviamente la incorporación más importante es el personaje de Lucy (Kristin Wiig en la voz original), la agente antivillana que trae todos los nuevos y chistes y los cambios en el mundo de Gru. Con un poco más de ritmo y con mayor variedad de situaciones que Mi villano favorito esta segunda parte resulta algo mejor, pero está muy lejos de ser una gran película y no llega tampoco a ser una película recomendable. Y por cierto, debo decir algo: no me gustan los Minions. «