Lo más interesante de esta nueva entrega de animación es la crisis que afronta Gru y las historias paralelas que desarrolla, con un enemigo que se mueve al ritmo de Michael Jackson y la aparición de Dru, un hermano gemelo.
Luego de cuatro años llega el tercer eslabón de esta saga animada que también conoció un flojo spin-off, Los Minions, y que ofrece una mirada burlona a las películas de espionaje. En Mi villano favorito 3, Gru es despedido de su trabajo por haber dejado escapar a Balthazar Pratt, un ex niño prodigio y estrella obsesionado con el personaje que encarnó en los años ochenta, y que ahora está dispuesto a vengarse de aquellos que lo olvidaron en el mundo de Hollywood.
Lo más interesante de esta nueva entrega es la crisis que afronta el personaje central y las historias paralelas que va desarrollando, aunque por momentos la historia se ve superpoblada. Como si fuera poco, Gru descubre que tiene un hermano gemelo llamado Dru -con una graciosa cabellera rubia- e intenta empezar a recuperar el tiempo perdido uniendo a su familia con la de su extravagante alma gemela, mientras intenta atrapar al nuevo villano de la historia que se mueve al ritmo de Michael Jackson.
Los directores Pierre Coffin y Kyle Balda plasman un relato con varias líneas narrativas que encuentran buenos momentos y, nuevamente, con el lucimiento de los Minions, como coadyuvantes del protagonista en una misión que ofrece alta tecnología, en un mundo convencional asaltado por el peligro y una nueva amenaza con rayos todopoderosos.
Con ecos de Godzilla, guiños y temas musicales reconocidos por el público adulto, los gags de la historia funcionan -la secuencia de la cárcel es una de las mejores- y la estética retro que contrasta con la era moderna, son algunos de los ingredientes de esta nueva pelea de Gru por recomponer su entorno familiar, recuperar la paz de su "hogar, dulce hogar" junto a Lucy y las niñas Margo, Edith y Agnes, preocupadas ahora por la falta de trabajo de su padre.
Entretenida, aunque no es la más lúcida de la saga, también promete su retorno.