Regresan los personajes conocidos en Mi villano favorito 3 y es una muestra más de como exprimir hasta el hartazgo lo que en un principio fue novedoso.
Entre su antecesora y ésta, la franquicia se llenó de plata con el spin-off de Minions. No se les cayó una idea en esa película y demostraron que lo único que les interesaba era recaudar. Ya en Mi villano favorito 2, con las incorporaciones de algunos personajes latinos y la nueva “profesión” de Gru, pasado al lado de los buenos, parecía que todo se les había ido de las manos.
Entonces el volantazo a las fuentes se hace imprescindible, así como recuperar algo del mal de los protagonistas que era un “hallazgo” (por la forma de encararlo, no por su originalidad) en el comienzo.
Por eso la aparición de un hermano gemelo salido de la manga de los guionistas (cual recurso de culebrón mil veces vituperado por fácil y cómodo) parece respuesta a esa necesidad. Aunque debemos admitir que la cuestión de la familia siempre fue un tópico de Mi villano favorito.
Gru, ya “instalado” familiarmente, pierde su empleo en la Liga Anti-Villanos, junto con su novia Lucy, al no poder atrapar a Balthazar Bratt (un ex niño prodigio televisivo que luego de un éxito inmediato cayó en el olvido allá por los ’80 y resentido busca revancha). Pero entonces se le aparece un hermano desconocido y gemelo, Dru, quien estuvo siempre a cargo del padre de ambos, ahora fallecido.
Conocerlo es la aventura en Mi villano favorito 3. Y la vuelta a los orígenes trae un recuerdo del villano Gru de la primera parte. Mientras los Minions se niegan a seguir siendo sus adláteres si no regresan al lado malo de la vida.
En esas tres tramas centrales (más la búsqueda de un unicornio por parte de las niñas y el asumir el rol de madre de Lucy) se divide el filme que irá uniéndolas a medida que se acerque el final. Sin importar que guarden alguna lógica o que fluyan con naturalidad. Sabemos que además de la locura de los Minions, como manera de ser y hacer, tampoco la saga se caracterizó por una búsqueda demasiado profunda por desarrollar lo que cuenta.
Como un producto autoconsciente de su carácter pop la banda de sonido de Mi villano favorito 3 recurre a una cantidad de hits musicales de los ‘80 (Physical de Olivia Newton- John y Take on Me de A-ha, entre muchos) que logran darle algo de ritmo y, en algunas ocasiones, hasta se aúnan a la narración (Bad de Michael Jackson e Into The Groove de Madonna son claros ejemplos) y donde también los números musicales de los Minions se llevan los aplausos.