Mi Villano Favorito 3 presenta una extraña mezcla de animación infantil tradicional con referencias nostálgicas a los 80’ para entretener a grandes y chicos por igual.
El estudio de animación Illumination Entertainment se ha consagrado como uno de los mas serios contendientes en la lucha por el titulo de rey del cine animado para niños. Sin que nadie (ni ellos, ni Dreamworks, Sony o Blue Sky) pueda incomodar al binomio Disney/Pixar en su merecido trono, el más joven de estos estudios logró hacerse un nombre en la industria y recaudar una enorme cantidad de millones con películas como Sing (2016), The Secret Life of Pets (2016) y su primera gran franquicia Mi Villano Favorito (Despicable Me, 2010).
El primer film nos presentaba a Gru (voz original de Steve Carell) un villano que decide adoptar a tres niñas huérfanas. La película fue tan exitosa que no tardó en hacerse una secuela (Despicable Me 2, 2013) y un spin-off basado en los minions, esos bichos insufribles que hablan en balbuceos incomprensibles y generaron una invasión de merchandising amarillo.
En esta tercera entrega Gru y su esposa Lucy trabajan para la Liga Anti Villanos tratando de detener a Balthazar Bratt. Son despedidos después de fracasar una vez más y al poco tiempo Gru recibe la noticia de que tiene un hermano gemelo que nunca conoció: Dru. Gru y su familia viajan a la mansión de Dru, quien ansía conocer a su hermano para que le enseñe como ser un verdadero villano, mientras que Gru solo quiere recuperar su antiguo empleo.
En el medio de la historia principal suceden varias tramas secundarias: las niñas buscan un unicornio de verdad, Lucy queriendo ser una verdadera madre para ellas y los Minions se sublevan ya que Gru no quiere volver a la villanía después de perder su trabajo.
Tal vez uno de los aspectos más logrados de esta nueva entrega es el villano. Balthazar Bratt (voz original de Trey Parker, co-creador de South Park) es un ex actor infantil que interpretaba a un supervillano en los años 80’. Al llegar a la pubertad su popularidad decayó y el show fue cancelado, así que un furioso Bratt adoptó la personalidad de su personaje y juró vengarse de Hollywood con un arsenal de armas ochentosas.
Los guiños y referencias musicales a los 80’ se sienten como un recurso para captar la atención de los adultos que acompañen a los niños a ver la película más que a una apelación nostálgica (ya que el público al que esta película apunta no podrá entenderlas).
Mi Villano Favorito 3 presenta una historia que podría ser interesante (aunque genérica) pero su relato con mayor carga emotiva se pierde en el medio de las sub-tramas que abundan a lo largo de la película. Por suerte esas aberraciones amarillas tienen menos pantalla que en la segunda parte y varios de los gags y momentos de humor pueden arrancarte alguna risa. La animación sigue siendo igual de pulcra y bien definida como en las entregas anteriores y los niños sin duda la disfrutarán.