La maldad tiene dos caras
La nueva película de los estudios Universal que se exhibe en 3D cuenta con la dirección de Chris Renaud y Pierre Coffin, quienes vienen del terreno de la animación. En su versión original se escuchan las voces de Steve Carell y Julie Andrews.
En un barrio rodeado de vallas blancas se encuentra una casa tenebrosa, donde habita Gru (Carrell), un villano que planea el robo más grande jamás imaginado: la Luna. Sin embargo, su misión se altera cuando conoce y adopta a tres pequeñas huérfanas: Margo, Edith y Agnes.
Armado con un arsenal pocas veces visto, el protagonista deberá apoderarse primero de un rayo reductor y, en su tarea, será ayudado por su ejército de inofensivos lacayos y por las tres niñas que alborotan el "orden" de su mansión.
Mi villano favorito propone una mirada burlona sobre el mundo de los malvados y sus ansias desmedidas de poder. Gru, el personaje central, tiene dos caras: es capaz de pincharle el globo a un niño indefenso, colarse en los negocios y estacionar su gigantesco transporte a donde sea y como sea. Nada le importa. Su infancia no fue mejor con una madre que lo marcó por su indiferencia. Ahora planea solicitar un préstamo bancario para poder financiar su alocado proyecto.
La trama despilfarra acción y ternura en buenas dosis y entrega un relato que conforma a chicos y adultos por igual. El rubro técnico, potenciado por la magia del 3D, es irreprochable: rico en el diseño de personajes y en los detalles; en la composición de los fondos y en el movimiento de las cabelleras (en especial la de la mujer que maneja el orfanato). Y, por supuesto, en el humor.
El guión maneja los resortes de la sorpresa (cuando Gru regresa del parque de diversiones con las pequeñas y pintado como un puerta) y muestra que hay otro malvado peor que él: el hijo de un poderoso banquero que nunca se ríe, y se frota las manos para concretar buenos negocio. En síntesis, dos malos de película, muchos planes y tres niñas tan dulces que le robarán el corazón al espectador. Mi villano favorito es un perfecto andamiaje de alta tecnología y creatividad (la secuencia inicial de las pirámides funciona como un cortometraje independiente) al servicio del entretenimiento.