El director Emanuele Imbucci recorre la figura y el pensamiento de Michelangelo Buonarotti entre lo ficticio y lo documental. Por su cámara pasa lo poco se sabe de la vida del hombre (su carácter reservado, capaz de marcados contrastes, que fue dueño de un gran coraje cuando tuvo que sostener sus creencias) y bastante más de las obras maestras de escultor y pintor, excelso artista del Renacimiento italiano. La cámara se detiene en su Piedad, el David, y la bóveda de la Capilla Sixtina, entre otras. Así, con poéticos trazos, se construye el retrato de uno de las personalidades más influyentes y más enigmáticas de la historia.