Con apenas dos películas en dos años Ari Aster ya tiene todo para ser conciderado como la nueva promesa del cine de Terror. Luego de brillar con Hereditary (o como se la conoció aca El legado del diablo) llega a los cines argentinos Midsommar, su nueva película tan controversial que promete incomodar al espectador.
Christian (Jack Reynor) y Dani (Florence Pugh), son una joven pareja que están teniendo problemas con su relación. Luego de que Dani sufra una grave tragedia personal, la pareja decide irse de vacaciones a la Suecia rural con su grupo de amigos para visitar un pequeño pueblo en el que se celebra un festival cada 90 años, donde vivió su amigo Pelle cuando era un niño. Sin saberlo, las festividades incluyen rituales paganos violentos e inquietantes, y los lugareños insisten en que se unan.
Con Midsommar Ari Aster logra dos cosas poca veces antes vistas. Por un lado traernos una película de terror a plena luz del día, y es que en la suecia donde transcurre nunca se pone el sol, lo cual rompe con todo lo establecido en el género demostrando que para inquietar no hace falta oscruidad ni jump scare, sino una historia realmente atrapante, a pesar de que el final se lo ve venir casi desde la mitad de la película. Por otro lado y muy ligado a esto, la película no abusa de ningun tipo de recurso sobrenatural ni místico (tal como pasaba en Hereditary), sino que es una historia que podría ser bien real y eso es lo que nos hace empatizar con los personajes, ponernos en su lugar e incomodarnos al punto de pasarla mal y sufrir, cumpliendo los objetivos que se plantea el director.
Otro recurso que le agrega aún más dramatismo a la trama es la forma de vida de esta secta nordica y sus rituales, todo esto aúmentado con la excelente puesta en escena y una dirección de arte y fotografía tan perfecta y equilibrada que al solo recordarlas al escribir estas lineas causa incomodidad, contrarió a lo que podría pensarse en un primer momento, y es que el la perfección se la suele relacionar con la armonía, pero en este film no causa un efecto totalemnte contrario. Además, hay escenas tan crudas no aptas para cualquier estomago.
Lamentablemente Midsommar nos llega muchos meses más tarde que su estreno comercial en Estados Unidos e incluso hace varios meses ya se la puede ver “por ahi”, pero para los amantes amantes del género es una película que vale mucho la pena ver en una sala de cine.