Alguien te vigila día y noche
Mientras duermes podría titularse como “El lado oscuro de César”, en referencia al particular encargado de edificio que interpreta con macabra sutileza Luis Tosar.
César es la rutina personificada a través una vida gris que se enfrenta a los fragmentos ocasionales de quienes habitan el edificio. Y tiene una obsesión, la joven y hermosa Clara (Marta Etura), pura vitalidad erótica en oposición al solícito César, experto en fumigaciones, fanático de la limpieza e hijo aun subordinado a su madre, pese a que esta se encuentra internada en estado comatoso.
Jaume Balagueró dejó por un rato la hiperquinética cámara de Rec y su secuela, codirigidas junto a Paco Plaza, para construir una historia que de cabeza se mete en el thriller psicológico con alguna pizquita de gran guignol. El único aspecto similar al de la inicial Rec (gran película) son las dimensiones del edificio, pero aun así subyace una particular diferencia: la presencia de un ascensor intimidatorio, de casa vieja, con las clásicas rejas que sirven para ocultar una doble personalidad.
De esta manera, el demente Balagueró, ya en la primera mitad, presenta a un personaje traumado, excedido en sus obsesiones, un solitario repulsivo que maneja como desea las vidas de los hospedados. Esa psiquis transparente de César, a veces subrayada a través del aspecto formal que requiere el personaje, tendrá otro problema por delante: una niña que vigila los movimientos del portero y que asegura conocer cada uno de sus pasos, en especial, cuando decide dormir (y mucho más) debajo de la cama de Clara, sola o acompañada por su novio.
Mientras duermes es puro relato clásico y sin pretensiones sobre el tema de la invasión de la privacidad, a cargo de un personaje que observa al mundo desde un supuesto poder. Bienvenido, entonces, este reposo sin demasiadas estridencias de Balagueró, luego de tanto zombie y muerto vivo filmado con una, dos o tres cámaras digitales de última generación.