Bajos instintos
Lo primero que habría que señalar es que el estreno de este filme se demoró casi un año, a punto tal que tuvo varias nominaciones a los premios Goya entregados a principios de 2012.
La razón de su mal estreno en este momento, digo mal estreno pues se merecía otra magnitud de distribución en relación a la escasez de pantallas en las que se proyecta, podría sustentarse en varias razones. Uno de los motivos podría ser que se estuvieran por vencer los derechos de exhibición en nuestro país, otra que esté cercana su salida en DVD. Pero esta realización cinematográfica, en realidad todas, es un producto para no ser vista en pantalla chica por más grande que sea, aunque parezca una contradicción.
En criollo se podría decir que, por lo dicho de la cantidad de salas, la fecha en que se estrena y la poca publicidad que tuvo, la están mandando al muere, inmerecidamente. Ya que esta producción española parece ser todo un homenaje al gran Alfred Hitchcock, desde su moldeamiento. El psicópata César, un encargado de edificio en España, goza de buena salud tanto desde su meticulosa progresión constructiva como, y por sobre todas las cosas, por la interpretación magistral de Luis Tosar.
El actor construye un personaje siniestro a través de la sutileza, enmarcada mayormente por actos que parecen rutinarios, cotidianos, pero que lleva encerrado un sinfín de conflictos psicológicos que derivan en traumáticos, comenzando por una madre dominante y terminando en el paroxismo sexual, pasando por la minuciosidad obsesiva de sus actos a conformarse en un ser totalmente repulsivo.
Dominante exclusivo de la vida de quines habitan el edificio, subsumido por el rol que le toca desde la interrelación con los mismos, su venganza se centra en dominar sin que el otro de cuenta de esa supremacía trabajada desde cierto función anónima.
Así vamos viendo como es maltratado por un vecino, quien no tiene nombre, sólo lugar de pertenencia, el vecino del 4ºB (Carlos Lasarte), simplemente por el hecho de ser un empleado del consorcio, que fusible directo del malestar de éste, César es vigilado y agredido También debe lidiar y soportar las aproximaciones de una púber que parece conocer su secreto y a partir de ahí extorsionarlo.
El secreto mejor guardado, que parece ser uno sólo, en realidad son dos. Uno, él en su simpleza y docilidad oculta una extrema violencia en estado de latencia; el otro, su obsesión amorosa con la joven Clara (Marta Etura), mujer independiente que despierta los más bajos instintos del portero.
El directo Jaume balaguero, conocido en estas tierras por “Rec” (2007), tomo las riendas de este proyecto alejándose de la estética de los filmes anteriores dándole una impronta de thriller psicológico, utilizando todos los elementos del género, suspenso sostenido por el ocultamiento de algunos datos que van siendo dilucidados muy de a poco. Ayudado por una buena banda de sonido, una dirección de arte que hace jugar a los espacios del edificio como grandes protagonistas, culminando por los espacios cerrados dentro de los departamentos.
Me parecería un despropósito contar algo más de la trama, ya que al hacerlo extirparía parte de lo que construye sigilosamente.
Aunque el punto más alto son las actuaciones, especialmente el nombrado Luis Tosar, quien coloca a su personaje César, aunque sin llegar a ser un Norman Bates ni un Antón Chigurh, muy cerca de ellos, pues su sola presencia termina por meter miedo.