Ideales que no mueren
Los protagonistas de esta historia de amor y guerra son Mika Etchebéhère y su esposo Hipólito, ambos comprometidos desde muy jóvenes con la política pero sobre todas las cosas con las causas que intentaban reducir la brecha de la injusticia en el mundo.
Así, lo describe el documental Mika, de Fito Pochat y Javier Olivera, con una protagonista singular, revivida en la sentida pero profunda interpretación que la voz de la actriz Cristina Banegas nos regala valiéndose de textos extraídos de las páginas del libro Mi guerra de España, publicado en los 70, elemento que forma parte del operativo de reconstrucción de las vivencias de su autora Mika junto a Hipólito durante su participación en la Guerra Civil Española como parte de la resistencia contra las fuerzas franquistas.
Un relato que por momentos parece apresurarse en la cadencia estrepitosa como si la memoria buscara ganarle la batalla al olvido para contar una guerra en primera persona luego de muchos años y con las reflexiones que el corazón calla para que las heridas no sean tan profundas.
El material de archivo que los realizadores eligieron rigurosamente ubican el contexto y entonces las palabras cobran un sentido distinto, así como las fotos o los segmentos de una entrevista para conocer otros aspectos de esta mujer, quien fuera capitana durante la época de la guerra y activa luchadora, desde todos los frentes, por convicción más que ideología política.
La amplitud del documental y los recursos cinematográficos al servicio del relato para trazar una silueta compleja más allá de su contorno permiten llegar a conocer cómo pensaba Mika Etchebéhère, que con sus 70 años formó parte del Mayo francés desde su incansable militancia por la vida y la justicia social. Vale la pena conocerla como testimonio de una época difícil que cinematográficamente quedó coronada en el documental Morir en Madrid y que ahora reaparece desde un lugar muy diferente gracias a esta obra.