Confieso no haber visto entero ninguno de los filmes de la serie Spy Kids. Vi algunos fragmentos perdidos, y me dieron la impresión de que era un disparate hiperkinético bien manejado, un buen espectáculo para chicos y grandes. Los Spy Kids entraron en cuarteles de invierno en el 2003 y, desde entonces, Robert Rodriguez - autor de la saga - ha intentado lanzar una franquicia similar. Probó suerte con Las Aventuras de Sharkboy y Lavagirl en el 2005, y ahora es el turno de este reboot / secuela del 2011. Viendo los comentarios de la IMDB, los fans de la saga original la han apedreado desde todos los ángulos, y la crítica especializada no ha sido demasiado amable. En mi caso, romperé una lanza por Rodriguez, diciendo que no es el bodrio que todos dicen. Spy Kids 4: Todo el Tiempo del Mundo es un delirio que resulta más frenético que divertido, pero de allí a que sea detestable ya es otro cantar.
Ciertamente hay cambios que son discutibles. Si bien uno no es bobo y sabe que los mini espias originales son unos gerontes ahora (precisamente actúan en el filme, haciendo un virtual traspaso de la antorcha a los nuevos niños protagonistas), los reemplazos son extremadamente insípidos y, lo que es peor, no son latinos. Una cosa a destacar era que la saga original se basaba en una familia de latinos superhéroes / super espías, lo cual era una reivindicación racial / de minorías en un Hollywood poblado de héroes rubios y con la cabellera al viento. Pero acá da la impresión que parte del libreto lo hubieran escrito en base a un estudio de mercado, haciendo que el padre / los hijos sean norteamericanos de pura cepa, y que la madrastra sea la latina de turno. Como sea, Rowan Blanchard y Mason Cook son extremadamente aburridos en pantalla, les falta gracia y carecen de química entre ellos.
Ello no quita que el filme sea entretenido, aunque sin ser gran cosa. La trama es bastante complicada de seguir - hay un villano que maneja el tiempo, hay un dispositivo que actúa como máquina del tiempo, y hay un segundo villano que no se sabe de dónde salió, el cual parece estar operando su propio dispositivo ya que ahora las horas pasan volando para todo el mundo - y, cuando llega el momento de la acción - apartado en donde usualmente Robert Rodriguez se destaca - las cosas ocurren de manera exagerada y sin mucha gracia. A esto se suma un perro robot (con voz de Ricky Gervais), el cual se la pasa haciendo chistes malos todo el tiempo, orinando aceite y tirando bombas con forma de materia fecal. Ja, qué divertido.
Pero aún cuando el filme gaste un montón de energía y apenas obtenga una sonrisa nuestra de vez en cuando, no dejo de reconocer que el argumento tiene un par de detalles interesantes. En especial en el climax, en donde el villano se manda un sentido discurso de por qué se siente obligado a detener el tiempo y retroceder varias décadas - allí es donde aflora el espíritu de la saga, en donde había mensajes fundamentales sobre la importancia de la familia y el sentimiento fraternal entre padres / hijos y entre hermanos -. Si Spy Kids 4: Todo el Tiempo del Mundo hubiera mantenido esa línea de conducta todo el tiempo, hubiera resultado mejor; pero el mensaje emocional llega algo tarde, cuando uno ha visto con indiferencia como el filme ha malgastado todos sus fuegos artificiales sin lograr demasiados resultados.
Spy Kids 4: Todo el Tiempo del Mundo está ok, no es horrible. La salva el final y la perfomance de Jessica Alba, que es la única que le pone ganas a un libreto algo flojo; pero definitivamente no es una explosión de humor, ni el gran filme que vaya a disparar otra saga / franquicia millonaria con la cual Rodriguez vaya a llenarse los bolsillos.