Robert Rodríguez vuelve a una de sus franquicias más exitosas pero sin demasiadas novedades.
Cuando salió la primera entrega de Mini espías, allá por 2001, evité verla. Fue un poco por prejuicio (tenía 16 años, no iba a ver una "película para nenes") y un poco por falta de oportunidades. Lo mismo pasó con sus subsiguientes secuelas, que salieron con un año de distancia entre ellas. Ya más grande, en 2008 o 2009, enganché en cable la segunda entrega y me quedé viendola. Al día siguiente, alquilé las otras dos. Créase o no, me había convertido en un fanático de Mini espías.
Es que el desenfado, el humor tonto y las aventuras, además del entorno caricaturesco, me atraparon desde algún lugar nostálgico. Siempre ví esta saga como una especie de Inspector Gadget moderno, y teniendo en cuenta que las adaptaciones al cine de este gran personaje fueron lamentables, esto era lo más cercano que tenía.
Ocho años después de la tercera parte, Robert Rodríguez decidió volver a su éxito y realizó Mini espías 4: Los ladrones del tiempo. La formula es prácticamente la misma, los chistes muy similares y los gags dignos de Bugs Bunny siguen estando allí. La historia, en general, es también idéntica, solo que en este caso la única detective (en un comienzo) es Marissa Wilson (Jessica Alba). Ella, a minutos de entrar en el quirófano para tener a su primer hijo, detiene a Tick Tock, un villano que intentó robar datos cruciales para comenzar el proyecto Armaggedon, un plan malévolo que le robará (literalmente) el tiempo al mundo.
Luego del parto, Marissa decide retirarse y dedicarse a su familia, ocultando su vida como heroína. Su hogar está formado por su marido Wilbur (Joel McHale), un conductor televisivo que busca el éxito con un programa que propone cazar espías, y a sus dos hijastros, Cecil y Rebecca (Mason Cook y Rowan Blanchard). Con la segunda no tiene una gran relación, ya que todavía lamenta la pérdida de su madre biológica y no termina de aceptar a Marissa dentro de la familia. Su forma de expresarlo es a través de bromas pesadísimas.
En medio de su retiro, Marissa se entera que el proyecto Armaggedon volvió a marchar y que el villano detrás de todo esto es el Guardián del tiempo, el jefe de Tick Tock, que buscará robar el tiempo para sus propios fines. El tema es que para marchar con su plan necesitan una piedra caida del espacio que está en poder de la hijastra de Marissa. Por eso irán a buscarla, pero en ese momento el secreto de mamá es revelado y los chicos huirán automáticamente hacia el centro de mandos de la agencia de seguridad en donde trabaja, la OSS, escoltados por Argonauta, su perro-robot (con la voz de Ricky Gervais).
De más está decir que a partír de allí los chicos se involucrarán en el caso y, con la ayuda de los anteriores Mini espías, Carmen y Juni Cortéz (Alexa Vega y Daryl Sabara, ahora veinteañeros) intentarán detener al malvado Guardián del tiempo.
Hay dos problemas grandes con Mini espías 4: el primero es que hartan (literalmente, hartan) todas las referencias al tiempo que se dan en la película. No solo por el caso en sí, sino que cada tres frases se hace alguna metáfora o juego de palabras que involucra al tiempo que aburren antes de la primera media hora de la película. El segundo conflicto es que, si bien la película no está nada mal, es lo mismo que las anteriores entregas. No hay nada novedoso ni destacable, solo chistes y recursos repetidos.
Pese a eso, y si no se tienen muy en cuenta a las anteriores partes, Mini espías 4 funciona, y será una película que los chicos de entre 7 y 11 años sabrán apreciar más que cualquiera de los que se sienten a escribir una review.