Minúsculos

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Original animación con insectos a la “francesa”
Después de tres semanas consecutivas con diez o más estrenos, este jueves la cartelera se tomó un descanso con apenas siete novedades. Claro que en gran parte esto obedece a que “Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1”) llevó más de 50.000 espectadores el jueves de su estreno, es decir más del 70 % del total recaudado ese día dejando pocas pantallas libres para el resto.
“Minúsculos. El valle de las hormigas” fue un gran éxito de público en Francia, su país de origen (en verdad una coproducción con Bélgica) pero es muy poco probable que repita su performance en Argentina, lo que es de lamentar.
Hay en la obra de los correalizadores Hélène Giraud y Thomas Szabo más de un mérito a destacar y lo primero que conviene enfatizar es que la mezcla de animación y paisajes naturales de zonas montañosas de Francia resulta un aciertor.
No menos destacables son los en su mayoría “minúsculos” animalitos que dominan la pantalla. Hay en verdad un personaje central, un insecto de la especie aquí conocida como vaquita de San Antonio, que al inicio distraídamente se aleja de su grupo familiar. No tardará en ocurrir su encuentro con un grupo de hormigas negras que han encontrado un sabroso tesoro consistente en una lata con terrones de azúcar. Ello se explica desde la primera escena idílica del film cuando una pareja, que estaba haciendo picnic y con la mujer en avanzado estado de gravidez, abandona de golpe el lugar ante la inminencia de un posible nacimiento.
Lo que sigue es el trabajo de “hormiga” para llevar la lata hasta la residencia de los laboriosos insectos, acompañados por la “vaquita”. Pero la tranquilidad se quebrará cuando aparezcan amenazadoras otras hormigas, rojas, iniciando una persecución por colinas y un río torrentoso, maravillosamente resuelta por el trabajo de animación.
El centro del relato será la batalla que se producirá cuando las negras defiendan su hormiguero, que las rojas intentan destruir. Por momentos se siente que hay una recreación animada de películas del género western y/o de guerra”. Los desplazamientos de las hormigas rojas recuerdan a las marchas nazis y sus ojos parecen orientales como los de los japoneses. Casi al final cuando el combate obviamente se inclina a favor de las hormigas negras, aunque no develaremos cómo, aparecerá el cartelito “The End” en cursiva que perfectamente podría haber estado en algún film de John Ford. Pero se adivinan aún muchas otras influencias como una música que a este cronista le recuerda el episodio de los dinosaurios en “Fantasía”, con la partitura de “La consagración de la primavera” de Stravinsky.

En toda la película no se escucha voz humana alguna lo que la diferencia de obras hollywoodenses como “Bichos”o “Antz”. Lo que en cambio se oyen son extraños y divertidos sonidos que simulan las diversas formas en que se comunican los bichitos.
Vale la pena señalar que Giraud y Szabo ya habían realizado numerosos cortos para la televisión con animalitos, como los que se ven en “Minúsculos”. También que se trata de un film no sólo para los niños sino también para adultos y que los muy pequeños quizás no logren apreciar sus cualidades y atractivos. La muy buena realización merecería competir por el Oscar al mejor film de animación, por lo que su visión resulta recomendable.