“El pulso frenético de una gran ciudad como Río de Janeiro es el núcleo de esta buena película de Eryk Rocha, hijo de uno de los máximos cineastas del cine latinoamericano. El inigualable Glauber Rocha usaba su mirada impresionista en clásicos como “Antonio Das Mortes” y “Cabezas cortadas”, y su hijo Eryk tampoco imprime una visión precisamente naturalista a este viaje nocturno por las calles cariocas. La ciudad es atravesada de una punta a la otra, casi siempre de noche, por un taxista que intenta recaudar lo posible para pagar la pensión familiar atrasada y reencontrarse así con su hijo de diez años. Cada uno de sus viajes es una pequeña historia en sí misma, desde unos borrachos que casi le arruinan el tapizado del auto a un argentino en bancarrota o una enfermera con la que logra sostener un romance. Pero lo narrativo no es el fuerte de esta película sino las imágenes, casi documentales, y por momentos totalmente abstractas, que convierten al viaje en taxi en una odisea cósmica con las calles en el cielo y virados a tonos azules y dorados. El clímax, una lucha entres barras bravas en las afueras del Maracaná, es solo uno de los clímax de esta película imperfecta pero recomendable.